Luis enseña su libro y propondrá hoy el código

Cada maestrillo tiene su librillo. Vamos a tener una charla para presentarles a los jugadores el equipo de trabajo. Les expondremos los códigos que impone la Federación y los que implanta el entrenador. Luis Aragonés inició ayer su particular terapia con la Selección. Aunque tenía previsto presentar ayer a sus jugadores las normas, la premura de tiempo le obligó a posponerla para antes del entrenamiento oficial de hoy.

Luis quiere sentar a su equipo, al estilo diván de psicólogo, para tratar de consensuar sus reglas. Con el diálogo se llega a todos los sitios. Los códigos los conocen de sus equipos, porque son profesionales. Y lanzó un aviso: Aquí no hay amistosos.

Tras viajar por la mañana hasta Las Palmas, la Selección se entrenó en el campo del Vecindario ante unos 3.000 espectadores. Luis salió el primero al campo con Jesús Paredes (los dos con silbato), y Ufarte. Tras los clásicos rondos, el seleccionador dividió a los internacionales en dos grupos: uno trabajaba a las órdenes de Luis combinaciones ofensivas y defensivas (sólo Baraja y Valerón hicieron este ejercicio las dos tandas, que consistía en un ataque con un centro del campo en rombo y dos delanteros frente a una defensa en línea adelantada de cuatro) y el otro internadas y centros. Finalmente jugaron un partidillo en tres cuartos de campo. Aunque Luis trató de esconder sus cartas, éste podría ser, a tenor del ensayo, su primer once: Cañizares; Salgado, Puyol, Marchena, Romero; Víctor, Albelda, Baraja, Vicente; Raúl y Morientes. Dos teorías: Iker se entrenó con los suplentes porque puede serlo o, como hacen otros técnicos, para enfrentarse a los titulares. No es norma fija en el técnico, pero Luis suele apostar por el once inicial que entrena.

Valerón fue ovacionado y un espectador saltó al campo

La era Luis comienza como terminó la de Sáez: con la grada aclamando a Valerón. El canario será una de las grandes referencias del amistoso ante Venezuela, ya que juega en casa y es uno ídolo en la Isla. Por otra parte, un espectador saltó al campo durante la sesión y estuvo un buen rato al lado de Casillas pidiéndole una camiseta o unos guantes. Finalmente tuvo que ser el jefe de relaciones externas, Fernando Garrido, el que le sacó del campo. Tras la sesión (duró una hora y media), Luis se quedó hablando con Helguera.