Entrevista Vassilis Tsiartas
"Que España no esté triste porque cayó ante el equipo campeón"
A sus 31 años, este particular griego ha sido partícipe del mayor logro del fútbol de su país. Con su ácida sinceridad defiende el estilo de su selección, descubre los errores del Madrid, no aventura la desaparición de los talentos y ataca el cansancio que provocan las Ligas. Tsiartas en estado puro.
¿Ha sido cosa de los Dioses?
No, es el fruto de un gran trabajo. Es lo más grande que le ha pasado al fútbol griego. Ahora mismo nadie se lo cree, pero con el paso del tiempo se le dará más importancia a lo que hicimos. El gran triunfo de mi carrera, lo máximo. Me ha llenado mucho como futbolista y persona.
¿Sigue ardiendo Atenas?
Es la locura. Tardamos tres horas desde el aeropuerto hasta el estadio de Panathinaikos. Nunca lo olvidaré.
¿Cómo lo lograron?
La única clave: convertirnos en un equipo muy unido. Todos los jugadores formábamos una piña y teníamos muchas ganas de hacer un gran papel. Cuando conseguimos pasar la primera fase nos mentalizamos para ir partido a partido y... ganamos.
Me habla de humildad, seriedad y unidad, pero también han destacado nombres propios como Charisteas o Zagorakis, elegido mejor jugador.
Sería injusto individualizar para analizar el éxito de Grecia. Todos han destacado, tanto los que jugaron como los que no lo hicieron. Nadie creó un solo problema, formamos una familia, todos animamos. No había titulares y suplentes, ahí estuvo nuestro triunfo.
Ahí y... ¿en el trabajo de Otto Rehhagel?
Cuando llegó a nuestro fútbol no sabía absolutamente nada de nosotros, de cómo estaban las cosas en Grecia. Fue muy importante el trabajo de Papalanis George, el mánager que le ayudó a hacer su trabajo. Él le explicó los problemas que rodeaban a la selección y le dijo cómo trataban a los futbolistas. Rehhagel pidió que salieran todos los que había en la selección y que lo dejaran solo. Y se encargó de darle el protagonismo a los jugadores, algo que antes nunca tenían. No ha hecho nada del otro mundo. Sin las ganas y la actitud de los jugadores de Grecia, ni con 100 Otto Rehhagel hubiésemos conseguido nada.
¿Algún mérito habrá tenido?
Claro que sí, como el resto. Confió en un grupo de futbolistas y nos transmitió mucha tranquilidad. Le dio a los jugadores su sitio y le quitó el protagonismo al resto. Puso orden en medio de tanta desorganización.
¿Le molesta que, pese al título, se haya criticado el fútbol defensivo de Grecia?
Es evidente que nuestras cualidades no pasaban por las dotes ofensivas, como les pasaba a España, República Checa, Portugal, Holanda... Estuvimos bien atrás y muy arropados. A los contrarios les costaba mucho hacernos daño. Pero además tuvimos mucha suerte. Ante Francia, disfrutamos una ocasión e hicimos un gol. Contra España y Portugal nos pasó lo mismo. El único encuentro en el que creamos ocasiones fue en la prórroga ante la República Checa. Nuestro fútbol no fue brillante, pero sí efectivo y práctico. Nadie puede menospreciar el juego de Grecia. Trabajamos mucho.
¿Anteponer la fuerza al talento le dejó en un segundo plano?
El entrenador sólo contó conmigo cuando el resultado no era bueno. Estoy muy molesto por no disputar la final. Merecía haber tenido más oportunidades. Nunca jugué de inicio y eso no lo entendí. Cuando la prensa le preguntaba por mí, nunca daba explicaciones. No se ha portado bien conmigo. Estuve en silencio, porque lo importante era el equipo. Pero así lo siento y ahora lo digo.
¿Cree que los éxitos del Oporto, Valencia y de su selección empiezan a marcar la fuerza de un nuevo estilo? ¿Le gusta el camino que está tomando el fútbol?
No se trata de estilos de juego. Simplemente, se han acortado las distancias entre los clubes y las selecciones. Ya no son 5 o 6 equipos los únicos que pueden ganar. Hay más competencia. Han nacido conjuntos más organizados, bien trabajados y con buenos jugadores. Pienso que eso es bueno para este deporte. Habrá más emoción y la gente no se aburrirá. No ganarán siempre los mismos. Cada equipo debe adaptarse a sus jugadores. En el fútbol hacen falta gente que corra y otros con talento. Cada uno aporta sus detalles.
Algunos conjuntos, como España, no parecen haber encontrado aún su adaptación. ¿Fue un fracaso?
No lo creo. España no tuvo suerte y le faltó finalizar algunas jugadas. Pero como equipo lo vi bien. Que España no esté triste porque cayó contra el equipo campeón. Ahora se pueden encontrar muchas respuestas. No se trata de si hay mayor o menor implicación. Cuando uno defiende a su selección siempre intenta dar lo máximo, pero hay otras muchas circunstancias que te lo impiden.
Sí, pero cuando no es el campeón es la poderosísima Corea... Ya sabe. ¿Por qué España nunca está entre los grandes?
No lo sé. Quizá por el cansancio y agotamiento con el que llegan a estos partidos. Eso les ha pasado factura. Nosotros tuvimos la suerte de que jugadores como Dellas o Charisteas no han jugado mucho durante el año y han llegado a Portugal frescos. No es que los españoles no quieran, es que no pueden. A veces, la mente no sigue al cuerpo. La UEFA y la FIFA deben arreglar estos calendarios tan cargados, porque van a destrozar los torneos internacionales.
¿El agotamiento puede justificar el nefasto papel que han realizado las grandes estrellas del fútbol europeo?
Estoy seguro. Jugadores como Zidane o Beckham no podían casi ni andar. Cuando jugamos contra Francia, vi a Zidane muy agotado. Me sorprendió, no era el mismo de siempre. No estaba fino. El trabajo que se hace en los equipos es fundamental y lo que ha ocurrido este año en el Madrid les ha pasado factura. Siempre se le echa la culpa a los jugadores, pero no se mira ni al entrenador ni se analiza si el club está haciendo las cosas bien. Con la gira por Asia el equipo no pudo trabajar con normalidad. Los jugadores no se prepararon bien y eso lo han pagado. La publicidad y los derechos de imagen son buenos, pero hay que mirar mucho más por el bien del futbolista.
¿Es la causa del bajón de Raúl?
Es cierto que en la Eurocopa no estuvo fino, pero no se le puede echar nada en cara. Raúl lleva ocho años jugando a un gran nivel y también tiene derecho a no estar a tope en algunas ocasiones. Lo que ha conseguido es envidiable. No está olvidado ni acabado, seguro que reaccionará.
España busca un cambio inmediato y se ha fijado en Aragonés, ¿será capaz de hacer un milagro?
Tengo muy buenas referencias de él. Sé que le gusta el fútbol ofensivo. Pero tendrán que tener paciencia. Si las críticas aparecen desde el primer partido, será imposible.
Por cierto, ¿y el futuro de Tsiartas?
Aún no lo sé. He demandado al AEK porque me debe muchísimo dinero: 1.500.000 euros. Esto no puede seguir así. Con total seguridad quedaré libre a partir del próximo 20 de julio. Ya veremos.
¿Le gustaría regresar a nuestra Liga?
Claro que sí, es la mejor del mundo. Cuando quede libre escucharé ofertas y si me llega alguna interesante de España la estudiaré. Estaría encantado.
No ha olvidado el castellano...
Hablo con mi amigo Loren a menudo y me ayuda a practicar.