Eurocopa 2004 | Grecia
Grecia ha sido el campeón más rácano de la historia
En todos los partidos remató menos que sus contrincantes.
La segunda selección que menos remates ha realizado por partido (7,8), la quinta por la cola que menos chutó entre los tres palos (3,5 por encuentro), la octava en la media goleadora (1,1), la penúltima en posesión del balón (un 43 por ciento en cada encuentro)... Los números definen a la nueva campeona de Europa de selecciones y hablan de un fútbol timorato, pero intachable en términos de efectividad. En la mayoría de indicadores que descubren si un equipo ataca mucho aparece en las últimas posiciones. Nunca una selección ganó tanto con tan pocos argumentos ofensivos. Ni con tantos futbolistas de perfil medio en sus filas. El propio gol de Charisteas en la final resume a la selección que ha dado la campanada en esta Eurocopa: un único córner, un gol y un campeón.
En los seis partidos que la llevaron hasta la consecución del título, Grecia remató siempre menos que sus rivales. En cuanto a los disparos que encontraron portería, sólo ante Francia estuvo más acertada (cinco contra cuatro), e igualó a la República Checa en semifinales (cinco). En este sentido, el cabezazo de Charisteas también es definitivo: el único remate entre los tres palos le dio él título. Grecia nunca quiso ser la dueña del balón para ganar los partidos. Es más, en el encuentro que más tuvo que atacar porque estaba fuera del campeonato también sale perdedora: tuvo la pelota un 43 por ciento por un 47 de los rusos. El estilo con el que ha ganado Grecia también queda retratado por la elección del mejor jugador del campeonato, Zagorakis. En un torneo en el que se esperaba a Henry, Totti, Van Nistelrooy o Zidane, este galardón ha ido a parar a manos de un mediocentro defensivo, caracterizado por los kilómetros que recorre, los balones que roba y las patadas que da: ocupó el segundo lugar en la clasificación de faltas cometidas (diecinueve).
No encabezan los griegos, sin embargo, el ránking de faltas cometidas, aunque sí el de tarjetas amarillas recibidas (dieciocho), a una media de tres amonestaciones por partido.
El cómo ha ganado Grecia ha abierto un debate en el fútbol europeo, en el que para Scolari el problema no son los conceptos defensivos aplicados por Otto Rehhagel, sino la falta de maniobra de las grandes selecciones para desarmar los marcajes individuales y las zonas mixtas diseñadas por el técnico alemán: Tienen un sistema defensivo espectacular y nosotros, los equipos ofensivos, debemos buscar alternativas para superarlos. No deja de ser curioso que a José Mourinho, que hizo campeón de Europa al Oporto con un fútbol basado en un excelente orden defensivo y en la colectividad, no le sorprendiera el triunfo heleno: No me ha sorprendido la victoria de Grecia. La principal conclusión de esta Eurocopa, como de la Liga de Campeones, es que el fútbol está cambiando. Los grandes torneos los ganan los equipos, no las individualidades. Grecia no tenía jugadores venidos de la luna....