Final de la Eurocopa | Portugal-Grecia
Choque de estilos en la final más inesperada
Figo, Deco, Carvalho y Ronaldo, favoritos ante el muro
Portugal y Grecia disputan hoy una de las finales más atípicas en la historia del fútbol europeo. Son muchos los argumentos que conducen a esa conclusión. Para empezar, se trata de la primera vez que estas selecciones llegan a la final de una competición grande. Es también la primera vez que, se produzca el resultado que se produzca esta noche, un técnico extranjero gana la Eurocopa. Y, por si fuera poco, el partido que cierra el torneo tiene como protagonistas a los mismos equipos que disputaron el inaugural. Además, Luiz Felipe Scolari podría convertirse en el primer seleccionador de la historia que gana en apenas dos años el título mundial y el título continental.
No eran muchos, la verdad sea dicha, los que creían antes del inicio de la Eurocopa que Portugal fuera a estar en la final, a pesar de su condición de equipo anfitrión. Salvo los portugueses, claro está. En el caso de Grecia, la situación era aún peor: ni los propios griegos confiaban en ellos mismos. Ni siquiera cuando mandaron a casa a España. Ni cuando eliminaron a Francia.
Es la final que hay, guste o no guste. Se podrá cuestionar que el fútbol que han exhibido (sobre todo en el caso heleno), no ha sido el mejor de los posibles, pero ambos equipos han demostrado estar por encima de sus rivales. Se van a enfrentar dos estilos muy distintos de entender el fútbol. Portugal, con sus figuras veteranas y con sus figuras noveles, lo basa todo en su vocación ofensiva, a la que seguramente ha llegado por obligación, pues de no haber perdido el partido inaugural lo más probable es que Scolari hubiera seguido prescindiendo de Deco, de Cristiano Ronaldo, de Miguel y de Ricardo Carvalho. Grecia sacrifica cualquier lucimiento individual por el rigor organizativo, especialmente en la faceta defensiva. Rehhagel ha implantado disciplina germana en donde antes sólo había desorden. No hay pronóstico que valga. Estando por medio Grecia, ya se ha demostrado que los pronósticos son inútiles.
Como se demostró ante la República Checa, con gol de plata de Dellas. Hoy será el último duelo donde se utilice esta fórmula: si el partido acaba en empate se jugará una prórroga de 30 minutos. Si al descanso de la misma un equipo llega en ventaja, acabará el partido. Si persiste, se jugará la segunda parte completa. De seguir el empate, habrá lanzamientos de penaltis.