El United tiene mejor nueve que el Barça

Se llevaban 112 minutos de partido. Hasta entonces, Larsson andaba enredado, apareciendo más como segunda punta que como delantero nato (ahí estaba Ibrahimovic). Un par de pases y nada más. Pero Larsson sabe a lo que juega. Lleva haciendo lo mismo trece temporadas. Como buen nueve espera y espera, intuyendo que su oportunidad llegará. Y llegó. En un metro de césped. Con Holanda sin oxígeno. Movimiento de cintura eléctrico y Van der Sar rezando, nada que hacer... El larguero percute la ilusión de un país y el tesón de un delantero que siempre confió en sí mismo. Porque si hablamos de quién ganó el duelo de pistoleros en un empate a cero resuelto en los penaltis a favor de Holanda, ese fue sin duda Van Nistelrooy. El holandés es el mejor delantero centro de Europa y quizá del mundo. Sólo Ronie puede hacerle sombra. Ayer volvió a demostrarlo. El sistema de Advocaat le coloca solo en punta. Desde allí maneja los espacios a la perfección. Busca el balón, lo suelta e inicia disparado el desmarque. Lo de rematar es fácil, innato: de cabeza, de tacón, incluso un derechazo sin dejar caer el balón que si entra hubiera sido el gol de la Eurocopa. El remate es Van Nistelrooy y Holanda es Ruud. Es su boya. Su distribuidor, el genio de la lámpara. De los penaltis ni hablamos. Tanto Larsson como Van Nistelrooy demostraron que han tirado muchos: velocidad de disparo y potencia buscando los ángulos. Ninguno falló. Bueno sí. Larsson y el larguero. El United tiene mejor nueve que el Barça.