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Eurocopa | Portugal 2 - Inglaterra 2

Ricardo corazón de león

Portugal pasó a semifinales gracias al portero

<b>FUE DECISIVO. </b>El guardameta del Sporting de Lisboa se erigió en la estrella de la selección portuguesa al parar un penalti y marcar otro.

Lo bueno que tiene la neutralidad (relativa) es que celebras la prórroga y los tendrías tirando penaltis hasta el amanecer, postes, paradones y panenkas, sólo espero que Dios no sea tan cruel cuando nos vea a nosotros circular por el mundo, que puede ser. El caso es que ocurrió como en nuestros sueños. Cuando Lampard empató el partido en el tiempo extra y anuló el latigazo de Rui Costa no pudimos por menos que acordarnos de la señora madre del inventor del gol de oro. Cuando Postiga se marcó un panenkazo nos estremecimos. Y cuando Ricardo marcó el penalti definitivo, después de detener el lanzamiento anterior, pensamos que el fútbol es hermoso aunque las buenas películas siempre las protagonizan otros.

Pese a ser eliminada, tiene mérito lo de Inglaterra, porque no es fácil jugar sin portero o con un tipo que se hace pasar por uno sin serlo. James, guardameta inglés, es un peligro para los suyos, como si se pusiera Baldasano, con gafas. Si la idea es reinsertarlo, si dan subvención, no digo más. Resulta difícil de creer que no haya otro portero mejor en el país, pero debe ser cierto si pensamos que Seaman sigue en activo, que el Chelsea tiene un portero italiano (malísimo) y que el Manchester después de echar a Barthez fichó a uno estadounidense. James, al menos, tuvo ayer la decencia de ponerse un pantalón blanco, lo que es muy inglés y además le hizo pasar algo inadvertido. Hasta que le llegaba el balón, claro. Y hasta que llegaron los penaltis: no olió ni uno.

Sueno a inglés despechado, lo sé, pero es que éramos muchos los españoles que nos inclinábamos por Inglaterra, simplemente por la pura envidia que despierta esa conexión emocional entre la grada y los jugadores, su coincidencia en el ansia y la pasión, en el compromiso, en la valentía.

Y no es Inglaterra un equipo fastuoso, al contrario, no le sobra nada, incluso le falta. Pero lo suple con sacrificio, sentido colectivo y con lo que se le ocurre a Owen y Rooney. Todos suben y bajan, todos sufren, sin divismos, se saben equipo, incluso diría que se saben inferiores, aunque lo disimulan.

Owen marcó a los tres minutos. Pero recién acabado el partido esa acción parece haber ocurrido hace un año. Fue un error de Costinha, que no supo si despejar o peinar, y él no tiene pelo. Owen, que es el único futbolista capaz de correr tan rápido como el balón más rápido, batió a Ricardo en carrera y a la media vuelta.

Era la situación perfecta para Inglaterra, encuentro a la contra. Hasta que en el minuto 25 se lesionó Rooney, víctima de un pisotón que le dejó sin bota. El partido era una vida en miniatura, con sus compensaciones incluidas. No me cabe duda de que Inglaterra hubiera sacrificado el gol por tener a Rooney en el campo. Incluso hubiera dado uno de ventaja.

Desde ese momento, Portugal dominó sin excesivo peligro, en parte porque es un equipo sin filo y en parte porque Ashley Cole anuló por completo el genio de Cristiano Ronaldo.

En la segunda mitad, con todo por decidir, Scolari sustituyó a Figo y dio entrada a Postiga. Figo, que era el líder de su equipo, se fue directo al vestuario con cara de asesino y Postiga logró el empate, lo que no debió cambiar la cara de Figo.

La prórroga fue una delicia. Y a ese tiempo extra Portugal se presentó con el talento intacto, incluso reforzado por la entrada de Rui Costa, mientras Inglaterra llegó sin fuerzas. Se adelantó Rui Costa con un derechazo y empató Lampard con el corazón. Luego, en los penaltis, Beckham se condenó con un ensayo al cielo y Ricardo vivió el éxtasis del portero: parar y marcar. James lloró, pero no lo enfocaron.

El detalle: Figo se enfadó y lo vio solo

Luis Figo no vio desde el campo la tanda de penaltis. El jugador del Madrid, muy enfadado después de que Scolari lo cambiara por Postiga en el minuto 75, siguió el tramo decisivo del encuentro desde el vestuario y solo.