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Eurocopa 2004 | Portugal-Inglaterra

Rooney dispara el precio de las viviendas en su barrio

Los fans se disputan las casas de su urbanización. Él no cambia de vida

<b>EN FORMA. </b> Rooney es un ídolo.

Hasta hace una semana, comprarse una casa cerquita de la mansión que Rooney y su novia Colleen comparten en Formby valía alrededor de un millón de libras (más de un millón y medio de euros), solamente. Siete días y dos dobletes suyos después, ser vecino de Wayne en la elitista urbanización de Merseyside (imagínenselo, Merseyside es a Liverpool algo así como La Moraleja a Madrid) no le costará menos de tres millones de libras (casi cinco millones de euros). Michael McCoomb, constructor y propietario de varios inmuebles de la zona, celebra los tantos de Rooney como si los hubiera marcado su hijo: No deja de sonar el teléfono. Las ofertas son impresionantes y cada día hay más. Eso sí, Wayne y Colleen son encantadores. No tienen problemas en parar el coche y charlar con los albañiles de los alrededores.

Parar por cierto, su pequeño Ford Ka. Ni un Ferrari, ni un Porshe. Rooney es el antagonista del vedettismo que enferma a las grandes estrellas, a pesar de que, se calcula, sus ganancias superan los 18 millones de libras al año (lo último, un contrato de cinco millones de libras anuales con Nike). El adolestente del Everton mantiene aún su pequeña bici BMX (de ésas que llevaban los exploradores en E.T.), bebe Coca-Coca light y pasa el tiempo matando extraterrestres en simplísimos juegos del espacio y visionando en DVD capítulos y más capítulos de su serie favorita, la de muchos británicos: Only Fools and Horses.

Jeanette, su oronda madre, mantiene aún su trabajo de cocinera en un colegio, sobre todo para no tener que estar todo el día pendiente de su marido, Wayne Rooney senior, un parado de larga duración cuyo gran logro vital es haber procreado al mejor futbolista de la Eurocopa. Viendo a sus padres, es comprensible la gordita complexión del chaval y el amor que se sienten los tres: el año pasado, Wayne se los llevó a las playas de México y los tres mostraron sus cuerpos de barbapapás a las cámaras de medio mundo.

Antes de regalarles a sus padres esas vacaciones, Rooney se gastó millón y pico de euros en una casa que les alejara del barrio obrero de Crostexh, allí donde el crack empezó a darle patadas a la pelota. En aquel primer hogar, remodelado a golpe de talonario, vive ahora la antaño indigente Lisa, madre soltera a los 27 años y prima de Rooney. Es su otra madre. Sólo le importan el fútbol, su familia y su novia. Cosas de chico tímido, pero con un gran corazón, dice Bob Pendleton, su descubridor en el Everton. Un niño en el cuerpo de un futbolista-estrella.

el chelsea ofrece 120 millones

Según la Prensa inglesa, Abramovich y su Chelsea habrían ofrecido unos 80 millones de libras (más de 120 millones de euros) para comprar a Rooney y al medio del Liverpool Gerrard. A Roman le ha entrado la Roo-manía (así le llaman allí) que expresa el chiste del Daily Mail.