Rooney es el mesías

Lo de Rooney empieza a ser prodigioso, pero si yo fuera Eriksson me sentiría muy preocupado: sobre las espaldas de este imberbe recaen todas las responsabilidades, mientras que otras supuestas fi guras de Inglaterra continúan sin aparecer en la Eurocopa. Beckham y Owen, defi nitivamente, han venido a Portugal de vacaciones y sólo el espíritu agonístico que muestran en el centro del campo Lampard, Gerrard y Scholes complementa el derroche de esfuerzo y talento que en cada partido realiza Rooney. Anoche marcó dos goles (ya lleva cuatro y es el máximo goleador del torneo) y participó activamente en otro. Repito: si yo fuera Eriksson, estaría preocupado y, de paso, rezaría mucho para que Rooney no se lesionara nunca, porque Inglaterra sin Rooney es muy poca cosa, prácticamente nada. El técnico sueco lo sabe y ayer lo sustituyó a falta de veinte minutos para preservarlo ante el compromiso de cuartos de fi nal. A riesgo, eso sí, de desperdiciar una victoria que tenía cantada, porque irse Rooney del campo y marcar Croacia el segundo fueron todo uno.

Los croatas le dieron más de un dolor de cabeza a los ingleses. Sobre todo, con las acciones a balón parado. El tempranero primer gol vino en una falta sacada por Rapajic desde la izquierda, que despejaron mal Cole, con la cabeza, y James, con sus manos de mantequilla. Niko Kovac, atento, recogió el rechace y marcó. Y el inquietante segundo tanto fue una falta que sacó Srna desde la derecha y que Tudor cabeceó sin oposición. ¡Para que luego digan que los británicos dominan el juego aéreo!

A los pross les costó encauzar tanto el partido como el marcador. La pelota corría loca, sin dueño, porque en este equipo no hay nadie que canalice el juego. Su táctica no puede ser más rudimentaria: patada a seguir, en la confi anza de que Rooney se haga con el Roteiro y lo lleve al fondo de la portería. El empate llegó a cinco minutos del descanso, cuando Lampard envió a Owen y éste intentó hacer algo parecido a un disparo. Pegó en el portero Butina, Rooney metió la cabeza y, sin que cayera, Scholes metió la suya. Para empezar a poner las cosas en su sitio, Rooney pilló de nuevo el Roteiro, esta vez fuera del área, y largó un derechazo justo cuando la primera parte se consumía.

En el descanso, Baric cambió a Robert Kovac y puso a Mornar, con lo que Croacia jugaba con tres delanteros. Unos minutos más tarde, Rapajic dejaba su puesto a Olic, con lo que los ajedrezados ya tenían cuatro puntas para forzar la remontada. Pero la remontada no se produjo porque Rooney se encargó de abortarla con su segundo gol. El niño del Everton hizo la pared con Owen, enfi ló con velocidad la portería croata y batió a Butina con un disparo ajustado.

El gol de Tudor supuso unos momentos de zozobra para Inglaterra, pero no demasiados, porque Lampard marcó el cuarto con otro disparo raso unos minutos más tarde y acabó con la resistencia y con la moral de los croatas. Antes de eso, Owen se había encargado de desaprovechar penosamente un par de buenas ocasiones. Sobre todo, la del minuto 55, cuando Rooney le dio un pase magistral y él, solo delante de Butina, no supo qué hacer. A su falta de velocidad y de fuerzas, une también falta de ideas.

Inglaterra tendrá como rival en los cuartos de fi nal a los crecidos anfi triones portugueses. Otra prueba de fuego para el joven Rooney ante el mejor defensa de la Eurocopa hasta el momento: Ricardo Carvalho.

EL DETALLE: BECKHAM, OTRA VEZ A LA BARRERA

Beckham sigue en la línea que mostró esta campaña con el Madrid y volvió a enviar un lanzamiento de falta a la barrera. El especialista inglés sigue negado.