Eurocopa 2004 | El huevo de España
Camacho sabe de esto más que nadie
En el nuevo Real Madrid, Helguera jugará en el centro del campo. Lo ha decidido Camacho, pero mucho antes de esta Eurocopa. Entre Portugal y España hay una gran diferencia: los centrales. Con Andrade y Carvalho se puede ir al fin del mundo. Con los nuestros, un poco más cerca.
Grecia. No nos equivoquemos: de la Eurocopa nos ha echado Grecia, que ya nos mandó a la repesca. El fútbol español, patas arriba ante Grecia. Porque lo de ayer era más que probable: partido decisivo ante el anfitrión, árbitro paloma, 1-0. El desastre fue ante Grecia. Este es ahora nuestro nivel. Igual en Alemania 2006 mejoramos. O ni vamos: si nos echó Grecia nos puede echar cualquiera.
Un horror. Cuando al final del partido Raúl obligó a los suyos a acercarse a la grada española, El Huevo era una lágrima. Fue preferible lo de Corea: los españoles de allí eran de alquiler; éstos, de verdad. Lo único de verdad de esta expedición a la nada que ha sido esta Eurocopa. Casi 50.000 personas-héroes si sumamos las de los tres partidos, que merecieron más que un triunfo por la mínima, dos goles y los dos palos de ayer. ¡Qué de lágrimas, qué de ilusiones rotas, qué desconsuelo! Para todos, este mensaje del Huevo: Estamos orgullosos de vosotros.
El renovado Iñaki. ¿Qué pasará ahora, se pregunta El Huevo? Pues que El Renovado Iñaki pondrá rápidamente su cargo a disposición de Villar. O no. La verdad es que puede pasar cualquier cosa. Incluso que Villar se ponga de seleccionador y Sáez, de presidente. A casa en un grupo en el que, como diría Di Stéfano, sólo faltaba El Vaticano. Si esto fuera un club, no quedaba ni el utillero. ¿No podría Camacho entrenar al Madrid y ser seleccionador a la vez? En otros tiempos se hizo.
El apóstol. Enterado de que Sáez ha empatado con Clemente en lo de volvernos a casa a la primera (Javi lo logró ante Nigeria, Paraguay y Bulgaria, lo que también tuvo mucho mérito), El Apóstol pide el cierre inmediato del Colegio Vizcaíno de entrenadores y que el próximo seleccionador sea alavés o guipuchi, si lo de Camacho no lo permite la UEFA. ¡Bien!
El Fary y Camilo. Total, que el 20 de junio lisboeta es ya inolvidable por todo. Empezó bullanguero a dos bandas y acabó con el fado llenando las calles y plazas de la bella capital portuguesa. Los nuestros sorprendieron con gritos de apoyo a El Fary y Camilo Sesto. Y ¡Obregón, Obregón! en honor a Suker cuando se encontraron con un grupo de croatas: unos cachondos mentales. En el campo, el ¡a por ellos, oé! sacó de quicio a los portugueses, que de ésta igual acaban campeones.
Moratinos. El ministro de Exteriores, el ex ministro Zaplana y el juez Garzón fueron, que se sepa, la España más o menos oficial en el partido. Los demás se debieron oler la tostá. El culé de ZP se salió con la suya: tiene la Selección en casa antes del 30 de junio. En fin: que se acabó el fútbol en un día tan triste que desaparecieron hasta los del Valencia. Y eso puede considerarse como definitivo. España, en realidad, era el Valencia. Pero sin Ayala, Carboni y Aimar. Con esos tres, a Grecia le hubiésemos ganado. Se lo dice El Huevo. Hasta siempre.