Si hoy no se clasifica España será muy difícil que alguien vuelva a creer, el fatalismo lo invadirá todo, ya podremos dejar escritas las crónicas de los torneos venideros y nadie se comprará una televisión con la esperanza de que le salga gratis. Nos jugamos mucho más que los cuartos, nos jugamos la fe.
Sin embargo, no teman, hoy se clasificará España. Por varias razones. Por las que se ven, porque somos mejores (ligeramente, y nos vale el empate), y por las invisibles, porque no hay acontecimiento por suceder que no se rebele ante tantos agoreros: jamás se quedó un campeonato sin equipo anfitrión, jamás superamos un trance parecido, jamás un árbitro fue imparcial en un partido así y jamás ganó nadie una tele gratis; tantos jamases son un a veces.
Que España es mejor lo demuestra el presente y el pasado: la última victoria por 0-3 y los 23 años que han transcurrido desde el último triunfo portugués. Y en esta ocasión no nos jugamos la vida ante un conjunto inferior, tipo Corea, cuya aparente facilidad nos atenaza los nervios; tampoco nos medimos a uno de esos adversarios sagrados (Alemania, Italia...) que inclinan las batallas con el peso de su camiseta. Nuestro enemigo es Portugal, semejante a nosotros, curiosos equipos que mueren por el exceso de responsabilidad y por el viento a favor. Y de eso ellos tienen m y ya perdieron ante Grecia, recuerdo.
Portugal y España también se parecen en que sus entrenadores necesitan un par de vidas para descubrir lo evidente. Scolari se la jugará con medio Oporto, incluido Deco, hábil jugador de fútbol sala pelín sobrevalorado. Cristiano Ronaldo, de osamenta parecida a Torres, saldrá sólo en la segunda parte, lo que se agradece. El líder es Figo, tan enfadado con el universo como suele. La defensa, Carvalho aparte, es floja.
En España, por fin, estará Xabi Alonso en el centro del campo y Joaquín en la derecha; Juanito ocupará el puesto de Marchena. La gran sorpresa es la inclusión de Torres en el puesto de Morientes. Hubiera tenido más sentido que Torres sustituyera a Raúl, pero el cambio no deja de ser una ráfaga de aire fresco.
Esta noche juega España, entera, un partido imponente, imposible no mirar, sería imperdonable que con lo que nos ha costado abrazarnos con el himno nos soltáramos ahora.
España tiene posibilidades de pasar aunque pierda
España se metería en cuartos perdiendo si Grecia pierde por más diferencia de goles que nosotros o por la misma diferencia marcando los griegos menos goles que la Selección. Por ejemplo, si España pierde por 2-1 y Grecia por 1-0.
