Esperando al nuevo Schuster

Queda mucho por rodar, demasiado para comenzar a hablar de estrellas y estrellados y golpes de talonario inesperados. Por lo visto hasta ahora, en Portugal sólo han aparecido los maestros. Futbolistas consagrados como Zidane de los que se espera todo porque se lo has visto hacer algún día: hablamos de roulettes, de amagos... El bailarín y la lámpara, siempre mágicos. Es lo conocido, insisto. Pero faltan alternativas. Confirmaciones de futbolistas que llegan al torneo escondidos para salir como gigantes. Así ocurrió con Schuster en la Eurocopa celebrada en Italia en 1980. Un joven al que nadie conocía y que llevó a Alemania hacia el título moviendo su melena rubia. Como él no hay nadie, de momento. Aunque se espera.

Y hay apuntes. Algunos interesantes como el holandés Sneijder, que a sus 19 años llevó a Holanda al empate ante Alemania. También se espera a Rosicky y por qué no a Torres. Futbolistas jóvenes, con talento a raudales y ganas de ser estrellas. Lo demás no sorprende. Hablamos de Van Nistelrooy, Ballack, Larsson o Vicente. Todos grandes antes de llegar aquí, aunque con ganas de elevar el cartel. Fondo de armario del fútbol: sabes que siempre están ahí. Lo que se intuye es que habrá más revolcones que revolución. De momento, cracks como Nedved o Totti parecen más preocupados de la forma (la gomina) que del fondo (su fútbol). Aunque ya se sabe: ternera vieja siempre da buen caldo.