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Eurocopa 2004 | Grecia 1 - España 1

Abocados a una hazaña

España no remató a Grecia y se la jugará ante Portugal en Lisboa. Joaquín, el mejor. Gran gol de Morientes. Torres sustituyó a Raúl

<b>PASAMOS SI EMPATAMOS O GANAMOS A PORTUGAL</b>. España estará clasificada para cuartos de final si gana o empata con Portugal en Lisboa. En caso de perder, sólo pasaremos si Grecia cae ante Rusia y el golaverage nos favorece.
JESÚS AGUILERA, FELIPE SEVILLANO, AP, AFP Y REUTERS

Nos ha quedado una indisimulada sensación de desconsuelo, pucheros incluso, que si esto nos pasa siempre, que ahora haremos un partidazo contra Portugal y nos eliminarán de algún modo cruel y cosas por el estilo, de mucho deprimir. Es curioso. Sólo están contentos los que no entienden de fútbol, los que lo ven de refi lón, sin memoria histórica, mi madre, los hippies, las barbies, gente así. Ellos se preguntan que por qué estamos tristes si hemos empatado. Y lo dicen con tanta candidez que te desarman y resulta imposible explicarles la que nos espera en Lisboa. Pero tal vez tienen razón, mejor ser felices, no acordarse de los antecedentes, sólo de la victoria y del empate, todavía no hemos perdido nada y aún tenemos todo por ganar.

Empatamos con Grecia, uno de esos equipos que a falta de armamento ganan guerras de puro pesados, como el enano de Gila que desde un 600 descapotable lanzaba insultos con un megáfono para combatir a los tanques enemigos. Y se le rendían, por no oírle. Siempre cuento este chiste.

En cualquier caso, merecen un estudio en la Universidad de Wisconsin los problemas que tiene España ante los equipos inferiores, esa incapacidad para rematarlos tras un cortejo que en ocasiones puede ser hasta brillante. Es como si nuestros esfuerzos tuvieran un dispositivo de ahorro de consumo, algo que nos impide a los españoles imponernos con claridad, rebosando. Se nos hace tediosa la intendencia y por eso sólo reaccionamos ante el desafío total, sólo estudiamos la noche antes, pasamos la ITV el último día (por la tarde), hay millones de ejemplos, somos así.

Pero vayamos al partido. Comenzó como el estreno ante Rusia, con los mismos jugadores e igualmenteabrazados mientras escuchaban el himno, el Rey en el palco y mayoría de compatriotas en las gradas, chunda-chunda. El hecho de que Sáez ocultara la alineación el día antes fue una broma de abuelito que tiene gracia según lo mires, fue como esconderte cartera para dártela después, ja, ja.

Dudo que los griegos hubieran modifi cado su modo de jugar de haber introducido cambios España porque dudo que los griegos tengan otro modo de jugar. Se saben inferiores y lo compensan corriendo y pegando, muy ordenados y con un par de tipos de moderado talento a los que fían las dos oportunidades que tendrás por malo que seas.

Pese a la presión griega (muy arriba) y al reparto de leña (muy abajo), España dominó durante todo el partido, sin excesos, inclinándose en la primera parte hacia la banda de Vicente (brillante) y en la segunda hacia la de Joaquín (fabuloso), sin más aportación del centro del campo que repartir el correo.

Desde los primeros minutos se planteó una de esas situaciones en las que el gol se gana por cupones, por la repetición de ocasiones, aunque sean remotas, todas cuentan. Primero un córner muy cerrado, luego una pared que no sale y después de una internada de Bravo, un mal remate de Helguera. Siempre ideas de Vicente. Todo ello aderezado con un portero que se parecía George Clooney en feo (lo que es ser medio guapo) pero que salía menos que un bibliotecario. Que el partido no era trepidante lo demuestra la cabezada que se echó Su Majestad en el palco, gesto irreprochable, que para eso es el Rey.

El tanto de España llegó tras un robo de Raúl y un posterior taconazo de tío jugón, suave. Morientes aceptó el regalo, amagó donde nadie lo hace en ese trance y fusiló a Clooney al librarse de los defensas. Un gol imposible sin un buen cómplice. Y fi n de la siesta, aunque la reacción de Grecia no dio mucho miedo, un par de acercamientos lejanos que nos abrieron huecos e invitaron al optimismo, hay que marcar más goles para asegurarse el pase, pensamos entonces, en el fondo somos ingenuos.

La entrada de Joaquín en la segunda mitad, provocada más por las molestias de Etxebe que por el salero del entrenador, nos dio otro aire, el que nos gusta, un punto de locura, de magia, debe jugar él, también supimos eso. Raúl, que no está bien a pesar del taconazo, falló un cabezazo que le sirvió en bandeja el bético. Otro de sus mil pases se paseó por el área, otro rozó el palo.

España vivía su mejor momento cuando empató Grecia, gran pase de Tsartas a Charisteas y desconcierto de la defensa, nuestro evidente punto débil. Lo que siguió fue un asedio por la banda de Joaquín, tan evidente el truco que los griegos acumularon sabuesos hasta cazar al zorro. Cuando faltaban diez minutos, Sáez sustituyó a Raúl por Torres, cambio polémico para los que siguen viendo al madridista como El Cid, pero muy razonable a tenor de lo que ocurría en el campo. Quizá no fue tan lógico quitar a Morientes en el minuto 60 para dar entrada a Valerón (Cardeñosa con gol), sonó como un guiño del que se ve ganador, un premio al autor del gol ante Rusia.

En fi n. No valen lamentos. Era imposible ser campeones sin alguna hazaña y el domingo se nos ofrece la primera. No hay motivo para dejar de ser felices, tienen razón los hippies.

EL DETALLE: PUYOL Y ETXEBE, TOCADOS; Y SERÁ BAJA MARCHENA

Puyol y Etxeberria acabaron el partido tocados. El catalán sufrió un golpe en la rodilla, mientras que el jugador del Athletic no pudo continuar el partido tras el descanso por un bocadillo en el cuádriceps. En cuanto a Marchena, será baja ante Portugal al acumular dos tarjetas amarillas.