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Eurocopa 2004 | Rusia 0 - Portugal 2

Portugal renace de la mano de Deco

Llegó la hora de la verdad. El obligado resurgir de la selección portuguesa, que dejó una buena imagen en su primer "match ball" frente a Rusia, llena de dudas a los hombres de Sáez, que con Marchena sancionado y Puyol tocado, se jugarán el pase a cuartos frente a los anfitriones el domingo (José Alvalade de Lisboa, 20:45 horas).

TOMÁS DE COS
<B>Final feliz</b>. A Scolari le salió bien la jugada para acabar con el debate portugués. Deco resultó decisivo y Rui Costa salió en la segunda mitad y sentenció el encuentro con un bello tanto.

Scolari hizo malabares tras la sonada cantada ante Grecia y se mostró permeable a la mayoritaria demanda de la afición lusa, que pedía a Deco a gritos en lugar del amiguísimo Rui Costa. Pero el brasileño hizo más cambios: Carvalho, un portento físico, sustituyó a Couto y apostó por Miguel y Nuno Valente en los laterales.

Apareció Deco y con él la verdadera medida de Portugal, que mostró su mejor cara en la reválida, en su primera y anticipada final, y ante un incomprensiblemente estadio Da Luz lleno de huecos en las gradas.

El conjunto luso salió valiente, dominando el juego, elaborando con paciencia las jugadas, trasladando el balón de una banda a otra, con Figo más adelantado y pegado a la cal –liberado de responsabilidad- y con Deco como amo y señor del balón y de los espacios.

El flamante campeón de Europa apareció para sacar el balón, dar el último pase, como en el gol de Maniche, e incluso manejando el balón dentro del área rusa.

Poco o nada ofreció el equipo de Yartsev, incapaz de dar cuatro pases seguidos. Y para colmo, Ovchinnikov -meta del Oporto y del Benfica- fue rigurosamente expulsado al tocar involuntariamente el balón con la mano fuera del área, lo que dio la puntilla definitiva al encuentro.

El sueño del aficionado español, entregado a los colores de la bandera rusa tras el tropiezo ante Grecia, apenas duró veinte minutos, en los que las numerosas imprecisiones de Portugal, algo nervioso, permitieron varios acercamientos rusos, malogrados por Karyaka y Loskov.

Adiós al debate de la semana en la concentración portuguesa

La salida de Rui Costa por Simao dejó atrás el polémico debate, devolvió el control del esférico a Portugal y permitió ver al equipo de Scolari con sus mejores hombres sobre el césped. Y las ocasiones no se hicieron esperar. Malafeev, que salió tras la expulsión de Ovchinnikov, mantuvo el tipo ante las constantes embestidas de Deco, Figo y Nuno Gomes, que dio relevo a Pauleta.

La constancia, el mayor talento luso y el paso de los minutos frente a una rusia castigada físicamente tras jugar toda la segunda mitad con diez, acabaron inclinando la balanza definitivamente a favor de los anfitriones. Una extraordinaria combinación entre Cristiano Ronaldo y Rui Costa acabó con las ilusiones del equipo de Yartsev, la primera selección que hace las maletas en la presente eurocopa.