Grecia pondrá el autobús en el duelo de mañana

El jugador del Inter Giorgos Karagounis es la única duda que tiene Otto Rehhagel, técnico de Grecia, para el encuentro de mañana ante España. El centrocampista heleno se recupera de un golpe recibido en el pie derecho en el choque ante Portugal y ayer se ejercitó en solitario durante una hora realizando estiramientos, carrera continua y recibiendo tratamiento fisioterapéutico. En caso de que finalmente se recupere (el cuerpo técnico griego es optimista), el sistema de Grecia ante España será un 4-5-1, con Basinas y Zagorakis como un doble pivote incrustado en la línea defensiva. Si Karagounis finalmente no logra llegar a tiempo para el choque (el dibujo táctico se transformaría en un 5-4-1), Katsouranis jugaría como central al lado de Kapsis, mientras que el otro central, Dellas, pasaría a jugar de libre, configurándose una defensa de cinco. De una u otra manera, el juego heleno será ultradefensivo.

La idea de Rehhagel es tejer una tela de araña en la que se ahogue la línea de creación española. No importa que el balón sea de España, porque la principal arma de los griegos será el robo y el contraataque. En el entrenamiento de los griegos de ayer, muchas fueron las preguntas que nos hicieron en lo que al once titular español se refiere. En definitiva, están pendientes del sistema del equipo español, pero con la misma filosofía: ocho jugadores defienden y sólo tres (Vryzas, Giannakopoulos y Charisteas) atacan.

Rehhagel, de villano a héroe

Tras la victoria ante Portugal, Rehhagel ha provocado sentimientos encontrados en Grecia. Un periodista griego lo definió perfectamente: Cuando vimos la alineación ante Portugal pensamos que era un loco; tras el resultado, un héroe. El resultado ante los lusos le avala, pero con decisiones tan poco populares y arriesgadas, al mínimo tropiezo, los aficionados se pondrán en su contra.