Relax de los titulares y Cataluña-Resto de España

El día de las Europeas, el partidillo de los suplentes españoles tuvo su chunga. Los catalanes presentes, excepto Puyol que al ser titular sólo correteó, enfrentaron al resto de España, reforzados por el riojano Aranzubía. Capdevila, Luque, Xavi y Gabri rivalizaron en goles, toques, fintas y caños con los andaluces Juanito y Joaquín, el asturiano César, el manchego Cañizares y el Niño de todos, el madrileño Fernando Torres. Ganaron los catalanes por muchos a unos pocos menos y fue divertido oír a Joaquín gritarle a Capdevila ¡Joan, Joan!, como si fuera Gaspart, para despistarle.

Sucedió el día después del comentadísimo abrazo a la italiana del equipo cuando sonaba el himno nacional. Curiosa iniciativa en estos momentos en los que desde ciertas comunidades se reivindican las selecciones locales, sobre todo por parte del gobierno tripartito catalán.

La piña que es esta Selección recuerda la de waterpolo, la más laureada de la historia de nuestro deporte, cuando a sus jugadores les plantearon qué sucedería si Cataluña, u otra parte de España, tuviera selección propia. Catalanes (Ballart, Sans y compañía) y madrileños (Rollán, Sánchez Toril y tal) coincidieron en manifestar que habían recibido juntos montones de heridas de guerra, compartido lágrimas, disfrutado abrazos: demasiadas emociones como para pensar en separaciones. Aquí está pasando algo parecido. Casillas, Xavi, Marchena, Aranzubía están juntos desde que eran niños. Ese pegamento no lo separa nadie.