Eurocopa 2004 | Suiza - Croacia
Otto Baric trampeará a los novatos suizos
En silencio y devorados por la magnitud del Francia-Inglaterra se presentan hoy Croacia y Suiza. Tampoco ayudan a levantar grandes expectativas la escasez de nombres en una y otra selección. Si acaso Suiza, que ha visto nacer una generación que puede dar que hablar, pero que no está representada por los dos futbolistas con mejor pinta, el delantero del Stuttgart Marco Streller, que se quedó fuera de la Eurocopa por lesión, y el interior derecho del Grasshoppers Cabañas, que se pierde el partido de hoy por sanción. En esas, le queda agarrarse a la zurda de Hakan Yakin, al equilibrio de Vogel, a la rapidez y el remate de Frei y a los kilos físicos y de experiencia de Chapuisat, que ha visto crecer el volumen de su abdomen considerablemente.
Tampoco Croacia presenta una selección acorde con su reciente historia, protagonizada por excelentes futbolistas tan delicados y puntiagudos con el balón en los pies como Boban, Boksic o el ex madridista Suker. Croacia ha perdido fútbol y lo ha cambiado por poderío físico. Se ha entregado a la robustez de sus defensas para sostenerse en el concierto internacional y a los entramados tácticos del veterano Otto Baric.
El viejo Baric confía en Prso en la punta de ataque para hacer goles y en Sokota, cuya titularidad ha justificado por el gancho que pueda tener entre el público como futbolista del Benfica portugués. El jueves le cambió el rostro cuando le comunicaron la baja definitiva de Pletikosa, su portero titular. Si ya tenía problemas para encontrar talento, ha perdido un bastión en su línea más sólida.
Dadas las circunstancias, cabe imaginar que probablemente Baric habrá aleccionado a los suyos en todo tipo de artimañas para marcar el ritmo del partido, sabedor de que para poder disputar al menos la segunda plaza, los suyos tienen que hacer valer hoy su superioridad ante Suiza.