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Eurocopa 2004 | Portugal 1 - Grecia 2

Grecia revienta la fiesta portuguesa

La selección portuguesa parece empeñada en empeorar la lamentable actuación en el Mundial '82 de España, uno de los organizadores que peor imagen ha ofrecido en la historia de los grandes campeonatos. El fantasma del Naranjito se le ha aparecido a Figo y compañía y se ha llevado por delante las ilusiones de los anfitriones. La selección que partía como la víctima propiciatoria del grupo se encuentra ahora en una posición inmejorable para acceder a cuartos de final. Y el perjudicado puede ser España.

Actualizado a
<b>SORPRESA.</B> Primer partido de la Eurocopa y primera sorpresa. Los pronósticos han saltado por los aires con la victoria de Grecia.

Los partidos inaugurales de los grandes campeonatos son terreno abonado para la sorpresa, sobre todo si uno de los implicados es el equipo anfitrión. Portugal no escapa de esta maldición y el equipo que comanda Scolari se ha visto superado por la ansiedad, por las ganas de hacerlo bien y, también hay que decirlo, por Grecia. Los anfitriones han sido incapaces de negociar el acertado planteamiento de Otto Rehhagel, que ha reducido los espacios en defensa y ha buscado sorprender al contragolpe.

La apuesta no ha podido salirle mejor y el gol de Karagounis ha supuesto un duro golpe del que no han conseguido recuperarse los portugueses. Sólo Figo parece capacitado para dar la vuelta a la historia, ya que Simao, realmente horrible, y Rui Costa, muy bajo de forma, no han aportado prácticamente nada. El empecinamiento de Scolari en lo alinear a Deco empieza a pasarle factura. Quizá en la segunda parte Figo encuentre en el mediapunta del Oporto al socio que nunca quiso.

Deco

Scolari reconoció los errores de su planteamiento dando entrada en el descanso a Deco y Cristiano Ronaldo en lugar de Rui Costa y Simao. Pero antes de que muchos espectadores advirtieran los cambios, Grecia ya había marcado su segundo tanto. Un absurdo penalti de Ronaldo a Seitaridis permitió a Basinas sentenciar el partido cuando apenas se habían disputado cinco minutos del segundo tiempo. La fiesta portuguesa previa era ya una pesadilla y sin que hubiera terminado el encuentro inaugural la Eurocopa ya estaba patas arriba. Todas las previsiones, todas las elucubraciones sobre los cruces de cuartos, todas las ilusiones de los anfitriones habían saltado por los aires.

La presencia de Deco no era suficiente para ganar a la ordenada selección griega, que no tiene mucho que ofrecer, pero sí las ideas muy claras y es consciente de lo que no debe hacer. Sin abrir el juego por las bandas es casi imposible romper el entramado defensivo de Grecia y Portugal no ha tenido ni juego por las bandas ni remate, porque ni Pauleta, primero, ni Nuno Gomes, después, inquietaron a Nikopolidis. Y cuando llegó el gol fue gracias a un remate de cabeza de un extremo, Ronaldo. El mundo al revés.