Copa del Rey | Real Madrid 1-Mallorca 1
El Mallorca obliga al Madrid a tomárselo en serio para la vuelta
Portillo y Nadal dejan la eliminatoria abierta y a Del Bosque con un problema: ¿alineará al once titular en Son Moix?
El Real Madrid y el Real Mallorca han empatado 1-1 en un igualado encuentro de ida de cuartos de final de la Copa del Rey.
Esa mezcla de suplentes y samba (Roberto Carlos, Flavio Conceiçao y Ronaldo) funcionó con papel de fumar hasta que la superioridad del Mallorca le llevó cerca del abismo y a los mallorquinistas a crecerse hasta obtener un resultado positivo.
El Madrid estuvo correcto, sin excesos, en el primer tiempo, donde un gol de Portillo gracias a su oportunismo de ADN le dio ventaja en lo que parecía un plácido encuentro con claro favorito, pese a la alineación.
Pero como anunció Gregorio Manzano, éste Mallorca venía a ganar. Y así empezó un cierto acoso a la meta de César. Dos goles anulados al camerunés Etoo (el primero por una mano que él mismo delató con su sonrisa, el segundo ya menos claro por fuera de juego), confirmaban a un buen Mallorca.
El Madrid, que mantenía la ventaja, apenas hacía más que dejar pasar los minutos. Y las ocasiones visitantes se sucedían. Sólo porque la escopeta de Pandiani estaba desviada acabó con el 1-0 la primera parte.
Reinicio bermellón
El Mallorca, convencido del todo por la terapia de Manzano en el descanso, salió definitivamente a por todo. Gastó muchos esfuerzos (oportunidades de Novo, Pandiani y Riera) hasta que Nadal bajó con el pecho y remató seco, mientras Pavón no le encontraba.
El 1-1 alertó a Del Bosque, que ya se veía casi eliminado. Rápidamente, refuerzos. Adentro Raúl Figo, adiós a Raúl Bravo (bien, dio el pase del gol a Portillo) y a Flavio. Con mayor presencia ofensiva, Ronaldo, Raúl y Figo comprometieron el marco de Leo Franco.
Pero ahí estaba Manzano, el Guillermo Tell de nuestro fútbol, que veía la posibilidad de ganar. Y fue a por ello. Carlitos por Riera. Tres delanteros. Una manera de intimidar, una muestra de valor o una forma de acercarse al mítico 4-2-4 que anuncia Piterman en el Racing.
En los minutos finales, dos acciones polémicas. Un penalti a Ronaldo y una mano de Rubén, aunque aparentemente fuera del área. Total, que Son Moix decidirá.