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Cuartos de final | España 0 - Corea 0

España siempre se estrella en cuartos

Da igual jugar contra Francia o Corea, en una Eurocopa o en un Mundial, el final siempre es el mismo. La frustración es la constante de España en los grandes campeonatos. Los cuartos de final parecen un muro infranqueable.

ÓSCAR GARCÍA / PRISACOM
<b>IMPOTENCIA.</B> Los jugadores de la selección española no han podido ocultar su rabia e impotencia por la eliminación ante Corea.

Si no son los fallos arbitrales, son los errores propios o la mano de un ‘bambino’ los que frustran las ilusiones mundialistas de España, como en 1954, cuando tras empatar en la eliminatoria previa ante Turquía se efectuó un sorteo para decidir qué selección acudiría al Mundial de Suiza. El niño Franco Gemma fue el encargado de extraer la bola que permitió a los turcos estar en tierras helvéticas.

Pero no hay que remontarse a la prehistoria futbolística para comprobar el infortunio de España. Un gol de Katalinski, mientras Iríbar hacía la estatua, en un partido de desempate privó a la selección española de estar en Alemania ’74. El Mundial de Argentina ’78 lo recuerdan los aficionados españoles por el clamoroso fallo de Cardeñosa ante Brasil. Solo, con la portería vacía, Cardeñosa esperó a que llegara un defensa brasileño a situarse bajo el arco y le envió el balón al cuerpo.

La pésima actuación en España ’82 dio paso cuatro años después a la frustración, de nuevo ante Brasil, en México ’86. Cuando el marcador era 0-0 el árbitro australiano Bambridge no dio por válido un tanto de Míchel, por entender, erróneamente, que el balón no había traspasado la línea de gol. Después llegó la eliminación en cuartos de final ante Bélgica en los penaltis. Pfaff detuvo el lanzamiento de Eloy y España tuvo que hacer las maletas.

En Italia ’90 España se despidió en su mejor partido. Yugoslavia mandó a casa a la selección que entrenaba Luis Suárez merced a dos goles de falta de Stojkovic. El segundo de ellos se recuerda porque Míchel retiró la cara cuando le iba a golpear el balón, que terminó entrando por la escuadra de Zubizarreta.

Salinas y Baggio

La historia volvió a repetirse en Estados Unidos ’94 y también en cuartos de final. Italia fue la encargada de acabar con las esperanzas españolas. Tassotti mandó al hospital a Luis Enrique, al que rompió la nariz de un codazo que no vio el árbitro húngaro Sandor Puhl. La agresión fue dentro del área y, por tanto, Puhl debió señalar penalti. España perdió 2-1 y el segundo gol de Italia lo marcó Roberto Baggio poco después de que Julio Salinas fallara, solo delante de Pagliuca, una clarísima ocasión.

En 1998 España no fue capaz de superar la primera fase. Todo empezó a torcerse en el primer partido, que iba ganando España a Nigeria hasta que Zubizarreta se marcó un gol en propia puerta. El portero vasco envió a la red un balón que viajaba paralelo a la línea de meta.

También en las Eurocopas

Una de las mayores decepciones la vivieron los aficionados españoles en la Eurocopa de Francia ’98. El buen juego en la final ante los anfitriones se ha olvidado y sólo se recuerda el fallo de Arkonada en el primer gol. Platini lanzó una falta y el balón se coló por debajo del cuerpo del guardameta vasco. Era el 1-0 y España empezaba a perder el título.

En Inglaterra ’96 se vivió una nueva decepción y, otra vez, en cuartos de final. España jugó mejor que Inglaterra en Wembley, pero perdió en los penaltis. Miguel Ángel Nadal falló el lanzamiento decisivo y la selección que entrenaba Javier Clemente tuvo que hacer las maletas.

Cuatro años después se repitió la historia. En un gran partido, nuevamente en cuartos de final, España se despidió de la Eurocopa de Bélgica y Holanda después de que Raúl fallara un penalti en el último minuto del encuentro ante Francia, que venció 2-1 y terminó ganando el torneo.

Curiosamente, España ha ganado su único título, la Eurocopa ’64, jugando la final como local, en el estadio Santiago Bernabéu, que fue inmune a la maldición que parece acompañar a la selección española en los grandes torneos.