Verbrugghe gana y apunta a la general

Ciclismo | Giro de Italia

Verbrugghe gana y apunta a la general

Verbrugghe gana y apunta a la general

El belga hizo una exhibición en los últimos kilómetros, atacó a sus compañeros de escapada y asegura que su objetivo es hacer podio.

Venció el belga Rik Verbrugghe (27 años), un ciclista con tanta categoría que dignifica las carreras, un corredor explosivo, un contrarrelojista fantástico y un campeón temible cuando pase la gran montaña. Sé que si hablara en alto alguien me diría que si corre tan deprisa es porque "va puesto". Y empezaría entonces la eterna discusión, que no son todos iguales (pues que lo denuncien ellos), que es el deporte que más controles pasa (y el que da más positivos), que es el más duro (pues que no vayan tan deprisa), que es el más bello (y Zidane, ¿qué?).

Ganó Verbrugghe, que ahora amenaza con disputar incluso la general, pero lo que debía ser una etapa de transición se convirtió en una etapa de contricción, porque el caso Garzelli revive todos los fantasmas que habitarán el ciclismo hasta que la lucha contra el dóping no parta de los propios ciclistas.

A la espera de que Garzelli abandone el Giro mañana, una vez hecho el contraanálisis, en Italia ya hay quien pide la paralización de la carrera denunciando un complot contra los corredores italianos. Y debe ser que ven a Hamilton muy fuerte o que se ha disparado la ingesta de grappa.

Ayer ganó Verbrugghe al atacar a sus compañeros de escapa, entre los que como siempre hubo españoles: el vasco Igor Astarloa (Saeco) y el gallego Óscar Pereiro (Phonak).

Son precisamente los ciclistas anónimos y los jóvenes, quienes menos tienen que perder, los que disponen de la oportunidad de limpiar de una vez por todas la imagen del deporte más sacrificado de cuantos existen. Será cuando se den cuenta de que ellos no son el pelotón, sino la mayoría.

Óscar Pereiro. ciclista del Phonak. "He acabado con calambres"

"Al dar la primera de las tres vueltas al circuito, me he dirigido a mi director, Álvaro Pino, y le he dicho: ‘Esta etapa ya tiene vencedor’. Me gustaba mucho el recorrido para intentarlo. Todo comenzó bien, porque pude coger la escapada buena. Sin embargo, cuando ha llegado la subida de la tercera y definitiva vuelta, he empezado a sentir calambres, que ya me han durado hasta la meta. Me ha faltado fuerza en el momento decisivo. Al final ha ganado el más fuerte, porque ninguno hemos podido resistir el ataque de Verbrugghe. A pesar de todo, me llevo un grato recuerdo de esta etapa".