Segunda | Extremadura

Víctima del infierno atlético

El delantero intentó renacer en Almendralejo tras abrasarse en las llamas del conjunto rojiblanco, que abandonó por la puerta de atrás.

<b>EL ARQUERO.</B> La afición del Atlético de Madrid terminó llamándole mercenario, pero durante años le tuvo como su ídolo indiscutible. Era la época del doblete, los viejos tiempos, y los mejores, para el jugador gaditano.
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El delantero Francisco Narváez "Kiko", jugador del Extremadura que ha anunciado su retirada del fútbol a final de temporada, intentó renacer en Almendralejo tras abrasarse en las llamas de un "infierno" rojiblanco, en el que comenzó como emblema y que abandonó por la puerta de atrás.

El futbolista jerezano regresó al fútbol en activo en el mercado invernal, tras pasar seis meses de inactividad, en los que se acostumbró a una vida familiar lejos de las concentraciones futbolísticas y los encuentros de tensión de Segunda división.

"He estado entrenándome exigiéndome, jugando partidos, viviendo concentraciones y viajes, pero mi cabeza ya no está en el fútbol. Todas estas obligaciones me han hecho ver que desde el 30 de junio quiero llevar otro tipo de vida, porque la de futbolista realmente, ya no me llena".

Con esta sinceridad, Kiko anunció el final a una carrera en la que siempre recordará su inicio con el Cádiz, la medalla de oro obtenida en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, así como su exitosa etapa en el Atlético de Madrid, donde pasó trece temporadas desde 1993 hasta el 2001, obteniendo los títulos de la Liga y Copa, en la campaña 1995/96.

De ídolo a villano

Del "Kiko-gol" al "Kiko mercenario", de ídolo de la afición a recibir los silbidos de la grada, en menos de un año. Kiko se fue del Atlético de Madrid porque no encontró futuro en un club que no contó con él.

"Si no me echan, me quedaré en el Atlético de por vida", afirmó el 30 de junio de 2000, tras rubricar la ampliación de su contrato hasta 2004. Un año después, Kiko consideró que "ha llegado el momento de marcharse".

El "arte" del delantero jerezano, que creció como jugador en el Cádiz junto al salvadoreño Jorge "Mágico" González y fue un componente decisivo de la "Quinta de Cobi", el autor del gol del triunfo contra Polonia en la final olímpica de Barcelona, esperaba ahora junto a su amigo Juan Francisco Rodríguez "Juanito" volver a dar que hablar desde un club humilde como el azulgrana.

Varias son las razones esgrimidas para que el gaditano acabase en el Extremadura. Una es que el nuevo presidente de la entidad extremeña, Juanito, íntimo amigo suyo desde que coincidieran en el club colchonero, así se lo pidió.

Más de 15 ofertas

Y otra y tal vez más importante es que ninguna de las ofertas (ha tenido más de 15) llegó a concretarse. "Hemos recibido multitud de ofertas. Nosotros las escuchábamos, pero a la hora de firmar en un documento siempre había algún problema. Al final todas las ofertas se echaban atrás", dijo Miguel Narváez, representante y padre del jugador.

Desde que abandonó el conjunto atlético, Kiko ha recibido las ofertas del Lazio y Fiorentina italianos, del Hertha de Berlín, Nuremberg y Cottbus de la Bundesliga alemana, del Galatasaray turco, de la liga griega, inglesa, francesa y mexicana, así como de Primera y Segunda División española.

"Y muchas más que prefiero callarme. Hubo veces en las que incluso tenía el billete sacado para ir a un país y firmar el contrato cuando todo se vino abajo", dijo el agente del jugador.

Kiko desarrolló casi toda su carrera en el Atlético de Madrid, al que llegó en 1993. Participó en el único "doblete" de la historia del club, en la temporada 95-96. Destacó en la Eurocopa de Inglaterra y fue elegido "Mejor Jugador Andaluz" del año, en 1997.

Catorce meses lesionado

Ese año, el holandés Louis van Gaal, entonces en el Ajax, afirmó, después de enfrentarse a él en la Liga de Campeones, que era uno de los mejores delanteros europeos, capaz de inventar jugadas de gol donde no las había.

Kiko, el preferido de Jesús Gil, amplió su contrato hasta 2002, pero su estrella comenzó a declinar en 1998 y su relación con el presidente también se enfrió.

Con la selección española, sufrió la decepción de la prematura eliminación del Mundial de Francia-98 y, cinco meses después, una lesión que le mantuvo más de un año inactivo.

El 28 de noviembre cayó lesionado en el Camp Nou, un campo que siempre le reconoció, y estuvo 14 meses alejado de los terrenos de juego, sometido a una intervención quirúrgica en ambos tobillos que lastró su rendimiento posterior.

Sustituido por Torres

Cuando regresó, nada era igual. El Atlético no sólo no jugaba la Liga de Campeones, sino que luchaba para evitar el descenso y había sufrido una intervención judicial.

Kiko fue recibido como el salvador, el revulsivo que necesitaba una plantilla desorientada, pero su vuelta no evitó el descenso a la Segunda División.

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Pese a que amplió su contrato hasta la temporada 2004, a que juró "amor eterno" al club y descartó otras ofertas, Kiko comprobó pronto que ya no era imprescindible.

Kiko terminó en el club rojiblanco sin haber marcado un solo gol el año pasado, sustituido en el corazón de la afición por un chico de 17 años, Fernando Torres.

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