Mel: "Espero que él tenga suerte"

Pepe Mel acudió ayer por la mañana al entrenamiento del Tenerife a despedirse de la que fue su plantilla hasta el lunes. El técnico se reunió por espacio de 15 minutos con los jugadores en los vestuarios de El Mundialito. Las últimas palabras de un persona siempre muy afectada en el vestuario fueron: "Fue un placer trabajar con ustedes".

El técnico después ofreció una rueda de prensa. "Me hubiera gustado estar al frente en la época de las vacas gordas. Este es un equipo de retales, con mucha gente joven, con el noventa por ciento de debutantes en Primera. Espero que el Tenerife acierte con Clemente. Vine a un buen sitio en mal momento. Me marcho con la sensación de haber dado todo lo que he podido y sabido de una forma muy honrada", dijo.

Pepe Mel señaló que comprende la decisión de su destitución, ya que si fuera presidente del Tenerife "también buscaría una solución, un revulsivo", con lo que abandona la disciplina del equipo canario "sin ningún resquemor".

"Le deseo toda la suerte del mundo al equipo para que se mantenga en Primera. El club y Clemente ya saben que tienen mi entera disposición para todo lo que quieran, aunque poco puedo ayudar", comentó el ex entrenador tinerfeñista, que añadió: "Al equipo le ha faltado esta temporada ese poquito de suerte que siempre es necesario y los resultados mandan".

Cuestionado por la política de fichajes del Tenerife una vez que se ha formalizado su desvinculación con el club, Mel se negó a hacer ningún comentario por considerar que se trataría de una "imprudencia muy gorda", y agregó que dijo lo que tenía que decir de puertas hacia dentro.

Mel explicó ayer por la mañana que espera que su futuro siga por entrenar a equipos de nivel: "Tengo 38 años y estoy convencido de que voy a ser un buen entrenador de Primera división durante mucho tiempo. Nos volveremos a ver, ojalá que en esta categoría".El técnico explicó que nunca había sido despedido ya que, hasta el momento, lo había hecho bien en su trabajo. Además, Pepe Mel confirmó que seguirá en la Isla hasta el final del curso para evitar que su hija, de trece años, deba cambiar de colegio a estas alturas. "Ya sufre bastante al cambiar cada año de lugar".