Tiko deja al Athletic casi en semifinales

La llegada de la Copa no rompió el guión liguero de Villarreal y Athletic, que anoche fueron fieles a lo que venían haciendo. Los locales demostraron que están sumidos en una profunda crisis, cuyo origen no es, ni de lejos, la ausencia de Palermo. Por su parte, los rojiblancos demostraron por qué son el mejor visitante del país y pusieron pie y medio en las semifinales.

En una primera mitad primorosa, los de Heynckes sacaron a la luz todas las carencias amarillas, que crecen día a día y que en nada se han solucionado con la llegada de Pizzi. Desde el inicio, Arruabarrena rindió homenaje a sus antepasados, ya que el Vasco fue aliado de los de Heynckes convirtiendo su carril en una autopista para que Tiko liquidara al Villarreal. Nunca antes el jugador navarro había gozado de tantas facilidades pues, además de los dos goles, gozó de un mano a mano con López Vallejo que pudo agrandar su magnífica actuación.

Pero injusto sería cederle todo el mérito al goleador, pues sus compañeros también estuvieron inmensos, desde Aranzubía, que lanzó la contra del segundo tanto, hasta Ezquerro, que con su movilidad hizo olvidar la contundencia del pichichi Urzaiz, ayer en el banco. Julen Guerrero hizo de futbolista total; peleó como el que más y no le importó manchar su smoking tirándose al barro para robar balones. Eso sí, no olvidó su clase y para la galería quedaron sus dos excelentes pases en las jugadas de gol.

Para el segundo acto se esperaba la reacción local, pero ésta no se produjo. Los de Víctor lo intentaron a trompicones y se lo pusieron demasiado fácil a la zaga vasca, que sólo se alteró cuando Jorge López estrelló un disparo mordido en el larguero. De Pizzi, ni señal. Visto que el peligro amarillo era una utopía, el Athletic se echó de nuevo hacia arriba, mereciendo algún tanto más. De nuevo sitiada, la defensa villarrealense se empleó con violencia para evitar una debacle mayor.

El detalle

15 años sin llegar a las semifinales.

El Athletic está muy cerca de meterse en las semifinales de la Copa del Rey, un torneo del que fue el rey durante muchos años, pero en el que no ha estado presente en la penúltima ronda desde 1987. Salvo catástrofe en San Mamés, los rojiblancos lo conseguirán.