Casillas: "Mi misión es hacer milagros"

- Hablemos del partido del sábado. Parece que su equipo concede demasiadas facilidades defensivas...

- Yo no lo creo así. Me limito a las pruebas del año pasado. Fuimos el segundo equipo menos goleado del campeonato y teníamos a los mismos hombres atrás que este año. Lo que ocurre es que en todas las pretemporadas hay que hablar de algo, y este año le ha tocado a la defensa.

- Pues a usted empiezan a llamarle San Iker. ¡No para de hacer milagros!

- Hacer milagros es mi misión. Es verdad que el sábado el Valencia llegó con claridad, pero es normal, porque el deber del Madrid es ir hacia arriba. Pienso que tengo conmigo a la mejor defensa que hay en España.

- ¿No cree que Vicente estuvo demasiado libre de marca el sábado?

- No cabe duda de que es un gran jugador, pero estuvo muy arropado por su equipo. Míchel lo paró en la mayoría de las ocasiones. Tampoco creo que se viera algo realmente excepcional.

- No hubo nada que hacer en el gol de Angulo. Cayó usted vencido antes del remate.

- Fue una jugada extraña. El centro le pega en la puntera a Míchel. El balón pasó por encima de Karanka o Hierro, y del mismo Carew. Ni el noruego llegó a peinarla, con lo alto que es. Luego le cayó en parábola a Angulo. Yo pensaba que le iba a dar de tacón, pero lo hizo muy bien, porque tuvo sangre fría y la colocó donde era imposible de parar para mí.

- Entiendo que se trata de un debate manido, pero, ¿por qué ha dudado Vicente del Bosque entre usted y César cuando Casillas lleva tres años al máximo nivel?

- Es normal que el técnico haga pruebas. Ocurre con todos los jugadores en todos los puestos. Con la pretemporada llegan las oportunidades para los que disputan menos minutos.

- ¿Ve usted agobiado a Zidane? Parece costarle trabajo aclimatarse…

- La temporada pasada ocurrió lo mismo con Figo y luego se demostró que el Madrid no se había equivocado. Este año pasará igual. Al final lo hará genial.

- ¿Cómo se muestra en el vestuario?

- Ante todo es una persona sencilla. Demuestra un cierto grado de timidez. Todos estamos contentos con su llegada.

- Por cierto, ¿qué hace un chico de 20 años como usted en un vestuario como el del Madrid?

- Pues lo que el resto de mis compañeros, compartir las alegrías y las decepciones. No me siento excepcionalmente joven. Ya hemos pasado muchas cosas juntos.

- Vicente del Bosque le comunicó en la charla técnica que sería el portero titular. ¿Qué se le pasó por la cabeza?

- Pensé que era una oportunidad que me daba Vicente del Bosque y que en el Real Madrid no se puede vivir del pasado. Ya en el terreno de juego, fue como estrenarme en competición oficial por primera vez pero con la seguridad que da la madurez y la experiencia.

- ¿Le felicitó César?

- No lo hizo y no tenía por qué. Fue una situación normal. Nosotros tenemos la costumbre de desearnos suerte antes de salir al campo en cada partido y eso fue lo que sucedió.

- ¿Cree que ya se le trata como una figura consolidada, o como una promesa de futuro?

- Es muy relativo. En España se tiene la mala costumbre de tratar como cracks a jugadores jóvenes que vienen de fuera y se olvidan de los de aquí. ¿Por qué a Saviola se le trata como a una estrella, cuando hay gente de mucho valor como Vicente? Yo intento mantenerme al margen de eso. Sólo me importa seguir mejorando y trabajar día a día.

- ¿Cree que está totalmente hecho como portero?

- No, todavía me quedan muchos defectos por pulir. Nunca se termina de aprender: jugar con el pie, las salidas, los mano a mano...

- El año pasado se cuestionó su seguridad en las salidas aéreas…

- No estoy de acuerdo. Es cierto que tuve fallos puntuales, pero los mismos que cualquier otro portero. En el Madrid pasas un examen cada tres días, pero aprendes a convivir con ello.

- Su fuerte, los mano a mano...

- Intento no sentarme y aguantar hasta el último momento. Es cuestión de suerte. Espero que siga acompañándome.