El club se enfrenta a un nuevo castigo

La indignación ha vuelto a apoderarse de los dirigentes sevillistas. Y no es para menos, ya que el club se enfrentará, otra vez, a un nuevo castigo. Algo que pasó desapercibido el pasado domingo pudo haber provocado un hecho de tanta gravedad como el cierre del Sánchez Pizjuán, posibilidad que los consejeros nervionenses ven imposible por cómo se sucedieron los acontecimientos tras el incidente. El colegiado que dirigió el pasado domingo el encuentro ante el Barcelona, Losantos Omar, reflejó en el acta que al finalizar el partido "una lata arrugada impactó en la parte superior del pecho, sin causar lesión aparente alguna".

El colegiado presenció cómo el delegado del equipo, Cristóbal Soria, junto con la policía, corrieron tras el agresor hasta atraparlo en las inmediaciones del estadio. "La inmediata actuación provocó que el árbitro colaborara en la redacción del acta. Tenemos que estar muy agradecidos porque supo entender que el Sevilla no era culpable de la acción de un indocumentado. Es triste que ocurran estas cosas porque le hacen mucho daño al Sevilla. Y esto acaba de empezar...", señalaba el propio Soria.

Un mechero y bengalas. El acta arbitral recoge también el lanzamiento de un mechero, en el minuto 78, que no impactó en el colegiado. Sin olvidar la aparición de bengalas. El club de Nervión tiene ya la experiencia de sufrir tres cierres del estadio hace dos temporadas, por lo que impondrá la fórmula de que el causante del incidente reciba un fuerte castigo. Los consejeros temen que el fantasma de un cierre vuelva a aparecer. Lo que nadie les va a quitar seguro es la estocada económica.