El club, más cerca de la desaparición

El Ayuntamiento está en disposición de comprar Mareo por 1.525 millones, de los que 830 serían destinados a pagar parte de la deuda con Hacienda, mientras que el resto estaba destinado a pagar las fichas de la plantilla de jugadores de la temporada 2000-01, con la intención de que hacer frente al resto de la deuda con el fisco con un aplazamiento a cuatro años, con abonos trimestrales de 33 millones, con la garantía de la plantilla del equipo.

Sin embargo, la negativa de Hacienda a que los posibles traspasos de los jugadores sirva como aval deja en punto muerto la posible venta de Mareo, con una situación encaminada al descenso del club a Segunda División B y con visos de disolución de la entidad.

La única solución que tiene el club es que Juan Arango, presidente de la entidad, encuentre una fórmula para avalar la deuda con Hacienda, que permita la venta de Mareo al Ayuntamiento, ya que, en el caso contrario, las instalaciones serán embargadas por el fisco, aunque en una subasta no se cubrirá el importe del total de la deuda del club con Hacienda, que asciende en total a unos 1.400 millones.

En este caso, además de perder la posesión de Mareo, el Sporting no podría hacer frente al pago de las fichas de la pasada temporada, al no disponer de liquidez, lo que implicaría el descenso a Segunda B, sin que desaparecieran las deudas, por lo que la supervivencia del club en esa categoría sería insostenible.

El presidente, que eludió hacer manifestaciones, tiene de plazo lo que queda de mes para conseguir un aval patrimonial, por la parte de la deuda que quedaría aplazada, según la exigencia de la Agencia Tributaria.

También está pendiente de la celebración de una junta de accionistas, el próximo día 18, en la que se aprobará una ampliación de capital de 700 millones, que, en el caso de cubrirse en su totalidad, solucionaría el problema en el importe, pero no dentro del plazo de urgencia que tiene el club.