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Las historias tras los restaurantes que visita Chicote en 'Pesadilla en la cocina'

Los capítulos que están siendo emitidos estos días fueron en realidad grabados hace año y medio.

Pesadilla en la cocina, el programa en el que el chef Alberto Chicote trata de ayudar a restaurantes por toda España que no están pansando sus mejores momentos, está actualmente emitiendo una nueva temporada en LaSexta.

Cada semana, vemos las historias y desventuras de los restaurantes y sus regentes, a menudo protagonizadas por cocinas sucias, cartas que no hay por donde coger, o historias familiares que dan para una telenovela. Pero ojo, porque estos programas que están actualmente en emisión se grabaron hace mucho tiempo, en concreto a comienzos de 2018.

Según el guion habitual del programa, Chicote llega a los locales, prueba la comida, no se la puede terminar de lo mala que está, se va enfadado, vuelve menos enfadado, llega a un acuerdo para corregir algunas cosas y reinventa la carta. El equipo del programa además hace una reforma para la gran reinauguración, en la que hay momentos de tensión pero al final todo acaba genial y Chicote se va con un comentario a cámara diciendo que ha estado bien pero que queda mucho trabajo.

Más o menos puede resumirse así. Pero cuando Chicote se va, los restaurantes se quedan a su aventura de nuevo, y ahí han surgido varias historias de fracaso y éxito que el propio Chicote ha revisitado alguna vez en programas especiales.

En esta ocasión está siendo el Huffpost quien, sabiendo que el programa se grabó hace más de un año, está haciendo un repaso por algunos de los restaurantes de esta temporada, con resultados dispares.

La Tarantella, un italiano ubicado en Barcelona, ha contado al medio que tuvieron que cerrar unos meses después por el impago del alquiler, y que Chicote si bien tuvo una relación cordial con ellos, no estaba tanto tiempo como parecía en el programa.

La historia de este restaurante es peculiar porque en el último día de rodaje falleció el padre del dueño, Nicola, y ahí sí que reconocen que "Chicote se mostró más cercano".

Otros de los establecimientos contactados es 'A la parrilla', en Badajoz, cuyo dueño ha contado que "la mayoría del programa es mentira". "Es todo un poco teatro. La mayoría de las cosas es mentira, ellos tienen que hacer un programa para que tenga tirón, porque si sale todo bien no tendría gracia", señala el dueño.

Por último, también hay historias de éxito, como el foodtruck 'El submarino', que ha asegurado al medio que su negocio tras la visita de Chicote ha funcionado mucho mejor.