LO 'HATER'

5 razones por las que deberías odiar la Navidad si vives en una ciudad grande

Estas fechas también tienen sus cosas malas y nosotros te las recordamos

Raquel Cano

La Navidad puede ser una época maravillosa en la vida de algunas personas pero en otras es más o menos algo parecido a un suplicio. Estas fechas no son solo sinónimo de fiesta, regalos, comidas copiosos y abundantes y alcohol a mansalva sin necesidad de justificación. También la Navidad tiene su cosas malas. En concreto, en la redacción de Epik hemos fabricado cinco argumentos por los que deberías odiar la Navidad. Sí, así somos de extremistas.

Hay demasiado gente por la calle

Si no estás al tanto del grave problema de superpoblación que sufre nuestro planeta date una vuelta por el centro de Barcelona o de Madrid en cualquier fin de semana a partir del puente de Diciembre. Es absolutamente imposible caminar por la calle porque está repleta de gente, lo que hace insufrible cualquier intento de paseo o actividad céntrica.

El apocalipsis llegó a las tiendas

Los grandes almacenes sufren también una superpoblación parecido a la que vemos en las calles. Y del Primark ya ni hablamos. Hay tortas por conseguir las mejores ofertas y finiquitar cuanto antes el trámite de los regalos a los familiares.

El transporte público se colapsa

Si eres del centro sufrirás el problema de la superoblación que hemos comentado antes. Y si eres de las afueras lo pasarás también fatal porque el transporte que te lleva al centro también estará hasta arriba. Sí, de momento los tres argumentos para odiar la Navidad tienen como nexo común la gente. Hay demasiada.

Díficil escapar al boom consumista

En la televisión, en las redes sociales, en las marquesinas de los autobuses. El boom consumista de la Navidad puede llegar a ser insufrible. El capitalismo vuelve a ganar en estas fechas.

Fechas delicadas si falta algún familiar

Las emociones están a flor de piel si en tu familia ha habido un fallecimiento en los últimos meses. La Navidad es una época de reunión y la pérdida de algún ser querido siempre nos trae recuerdos y también tristeza.