“Este será el último fin de semana con mascarillas en los espacios al aire libre. Nuestras calles, nuestros rostros recuperaran en los próximos días su aspecto normal”, anunció el pasado viernes Pedro Sánchez.

El presidente del Gobierno aseguró que el próximo sábado, 26 de junio, las mascarillas dejarán de ser obligatorias en espacios abiertos. Y este jueves en Consejo de Ministros extraordinario, se aprobará el Real Decreto Ley que dará luz verde a esta medida, que ha generado diferentes opiniones entre la opinión pública y los expertos. Por un lado, los más optimistas la ven como un alivio y un símbolo de mejoría, mientras que otros vaticinan que podría ser contraproducente.

Marcos López Hoyos, presidente de la Sociedad Española de Inmunología, se ha limitado a advertir de que “el riesgo es que nos pensemos que el peligro ha desaparecido y el virus sigue ahí”. Así, aunque ha defendido la medida, pide a la población que no baje la guardia. Todos queremos liberar y está claro que en sitios abiertos, con distancia y ventilación clara se puede tomar esta decisión. Pero que no se confunda la población con que esto es una relajación ya de las medidas. La mascarilla en el transporte público va a seguir siendo necesaria”, ha explicado en la Cadena Ser.

¿Qué medidas hay que mantener?

El experto insta a “no relajar las medidas y ser cautos” porque todavía “hay riesgos que están ahí”. “Afortunadamente están controlados, pero hay que vigilarlos. Estamos viendo en el Reino Unido un pequeño incremento de la incidencia en gran medida porque tienen muy introducida la variante Delta de la India. Es simplemente un toque de atención”, argumenta.

En este sentido, señala que el fin de las mascarillas al aire libre no debería suponer la vuelta a los besos y abrazos con todas las personas que vemos: “Si esa persona no está vacunada el riesgo sigue siendo muy importante. Tenemos que seguir evitando el contacto muy estrecho sin mascarilla. La idea es abrir sin mascarilla en aquellas situaciones en las que se puede mantener una distancia y evitar el contagio”. Ir sin mascarilla tampoco libera de mantener la higiene de manos.

Además, aboga por seguir usando mascarillas en calles con mucha afluencia de gente o en un concierto, aunque se esté al aire libre. “En cualquier sitio donde haya una aglomeración es un riesgo. En la playa se puede estar sin mascarilla, pero si hay mucha gente acumulada y hacen lo que les da la gana... hay riesgo”, añade. “Cuando estés libre de gente puedes quitártela, pero debes llevarla encima por si acaso”, concluye.