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ASTRONOMÍA

Nuevo descubrimiento de la NASA: hay agua en la Luna

La agencia espacial ha detectado partículas del elemento en el cráter Clavius. El agua, han indicado, es como la de la Tierra, por lo que se podría beber.

FILE PHOTO: A total lunar eclipse, also known as a "blood moon", is pictured from Santa Monica, California October 8, 2014. REUTERS/Lucy Nicholson/File Photo
Lucy NicholsonREUTERS

La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), acaba de anunciar uno de los grandes descubrimientos del año: hay agua en la superficie lunar, también en su parte iluminada por el sol. En una conferencia anunciada desde la pasada semana, la agencia espacial confirma la presencia de este elemento gracias al telescopio SOFIA (Observatorio Estratosférico de Astronomía Infrarroja) que hay a bordo del Boeing 747 enviado al satélite terrestre.

En concreto, el telescopio SOFIA la detectó en el cráter Clavius, de más de 200 kilómetros de diámetro y situado cerca del polo sur de la Luna. Según los responsables del descubrimiento, liderados por Casey Honniball, planetóloga de la Universidad de Hawai e investigadora de la NASA, la abundancia de agua es de 200 microgramos por cada gramo de tierra lunar.

A pesar de ser una pequeña parte (un microgramo es una millonésima parte de un gramo), el investigador del Centro de Astrobiología en Madrid, Jorge Pla García, recuerda que "para llevar un kilo de material a la luna cuesta un millón de dólares. Esta estimación es un límite inferior y además se trata de una estimación preliminar". Además, asegura a El País que "en este caso la explotación del agua a estas cantidades sería rentable para las futuras misiones porque traerla a la Tierra sería mucho más caro". Para poder extraer un litro de agua, los astronautras deberían juntar cinco toneladas de suelo.

Dos estudios lo corroboran

Según un estudio publicado en Nature Astronomy, el agua del cráter Clavius no está presente en grandes superficies, sino en pequeños depósitos acumulados entre tierra o atrapados en cristales que se produjeron por la colisión de asteroides. "La sonda Chandrayaan-1 ya detectó hielo de agua en los polos lunares en zonas no iluminadas por el Sol. Ahora presentamos pruebas concluyentes de que hay moléculas de agua también en las zonas iluminadas", explicó Casey Honniball, que avisa de que para poder extraer las moléculas sería necesario fundir dichos cristales.

El segundo de los estudios, también publicado en la misma revista científica, hace referencia a las "trampas frías", lugares a los que no llega la luz solar: en ellas la temperatura es inferior a 163º bajo cero, informa Paul Hayne, de la Universidad de Colorado. Algunas de ellas, incluso, llegan a los 243º bajo cero. "El agua helada se comporta como una roca y permanece estable durante miles de millones de años".

Los datos, obtenidos con la sonda lunar LRO de la NASA, determinan que la superficie de estas trampas frías es de unos 40.000 kilómetros cuadrados. De ellos, los más habituales son de apenas unos centímetros, ubicados en toro a los dos polos de la Luna. "No sabemos cuánto grosor tiene el hielo en estos depósitos, pero si hacemos una estimación razonable vemos que solo las micro-trampas albergarían unos 1.000 millones de litros de agua".

Misión a la Luna en 2024

La NASA tiene como objetivo volver a enviar humanos (incluida a la primera mujer) a la superficie lunar en el año 2024. El hallazgo comunicado hoy es de vital importancia, pues el agua allí presente y como la de la Tierra y, por tanto, se podría beber, ha informado Hayne. Sin embargo, para ello habría que tratarla pues podría contener mercurio. Para ello, el experto piensa en "tractores robóticos que aren la superficie y extraigan el agua de los pequeños depósitos. Esto es algo muy distinto que tener que extraer el hielo de grandes cráteres en sombra perpetua y a kilómetros de profundidad".

Con ese objetivo trabaja en diversos diseños de futuras bases lunares con paneles solares que permitan iluminar el interior de los cráteres en sombra y extraer el agua de ellos. Por su parte, el coordinador de exploración humana y robótica de la Agencia Espacial Europea, Didier Schmitt, ha calificado el descubrimiento como "muy buenas noticias". Sin embargo, también aboga por la paciencia, pues "aún quedan muchos pasos intermedios que dar antes de poder siquiera comenzar a poner estos planes en marcha".