Desde el Gobierno, la Guardia Civil, la Policía Nacional... todas las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado insisten en lo mismo: fuentes oficiales, no hacer caso a todo lo que nos llegue por redes sociales o WhatsApp y, sobre todo, no creernos todos esos mensajes que pueden parecer reales pero de los que se desconoce el origen.

¿Esto por qué ocurre? ¿Por qué nos creemos toda la información que nos llega? "Primero porque vivimos un estado de incertidumbre, la incertidumbre produce malestar, y como respuesta automática intentamos combatir ese malestar intentando tener control sobre lo que esta pasando, cuanta más información de prevención o propagación mucho mejor, nuestro malestar disminuye y el control ficticio aumenta", nos cuentan a Deporte y Vida desde Norte Psicólogos.

Círculo vicioso

"Ahí radica el problema, en que a veces esas medidas no son correctas y como la incertidumbre va a seguir vamos a seguir en la búsqueda de disminuir nuestro malestar, es un círculo vicioso infinito", añade el psicólogo Andrés Montero Rama.

Efecto psicológico

"Segundo, por los sesgos cognitivos, estos son efecto psicológico que se producen de manera inconsciente y automática y que realizan un juicio inexacto o una distorsión de la realidad, podríamos nombrar varios como el sesgo de arrastre o bola de nieve, la popularidad de un producto puede hacer que lo percibamos como deseable o imprescindible, el heurístico de disponibilidad cuando sobre estimamos la importancia de la información que tenemos disponible en ese momento ignorando toda la información que no tenemos disponible. Podríamos nombrar más, pero ahora estos fenómenos se reproducen constantemente y se multiplican", añade.

"Tercero, vienen acompañados de palabras tremendistas o atrayentes, “información importante sobre…” “cuidado, alerta, los expertos de este país...”

No contrastamos

"Y, por último, aunque pudiéramos destacar más, porque apelan a nuestras emociones a nuestra solidaridad, unos buscan el odio, otros la rabia pero otros la empatía o el altruismo y, si estamos bajo estados emocionales más o menos intensos, bajamos nuestra guardia y nos dejamos llevar por estas emociones, sin contrastar nada más", algo a tener en cuenta.

Por eso es muy importante, y sobretodo en lo que tiene que ver salud, contrastar información, no creernos todo los que no llega, aunque parezca que vengan de fuentes fiables, contrastar, no difundir si no tenemos claro que lo que difundimos es cierto, no dejarse llevar por el pánico, una información moderada y fidedigna también ayuda a prevenir y más de lo podamos pensar sobretodo en momento como el que vimos en estos días.