CORONAVIRUS

Mascarilla, guantes... y gafas; la OMS las recomienda también

Los ojos están considerados como una de las puertas de entrada de la enfermedad, puesto que en algunos pacientes se había encontrado ARN de coronavirus en esa zona.

FEHIM DEMIR

Después del distanciamiento social y las mascarillas, ahora la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la utilización de gafas para proteger los ojos de una posible infección por coronavirus. Esta zona está considerada como una de las puertas de entrada de la enfermedad, de ahí la importancia para resguardarlos.

A esta conclusión se ha llegado tras una investigación encargada por la OMS a varios investigadores de la Universidad McMaster (Canadá) y que ha sido publicada en la revista científica The Lancet. En este estudio, se ha determinado que la medida más efectiva es el distanciamiento de al menos dos metros, además del uso de mascarillas.

Pero la gran novedad radica en el reconocimiento por primera vez en la importancia del uso de gafas para reducir la posibilidad de contagio. Esto puede deberse a que se había encontrado ARN de coronavirus en los ojos de algunos pacientes infectados.

Para poder realizarlo, se han analizado 172 estudios realizados en 16 países sobre las vías de contagio (en diferentes ámbitos incluido el hospitalario) de tres coronavirus distintos: el SARS-CoV-2, el SARS y el MERS.

El distanciamiento, lo más efectivo

La conclusión a la que se ha llegado es que el distanciamiento físico es posiblemente la medida más efectiva. En nueve de estos análisis, con casi 8.000 participantes, se observó que mantener una distancia de más de 1 metro se asociaba con un riesgo mucho menor de contagiarse. Además, por cada metro adicional hasta alcanzar los tres, el riesgo de contagio era capaz de reducirse hasta la mitad.

También la mascarilla

Para comprobar la efectividad de las mascarillas, se analizaron otros 24 estudios en los que participaron 50.000 personas. Aquellos que usaban estos elementos de protección, además de estar más seguros, se contagiaban en menor medida.

Lo que no se ha valorado es el efecto de la duración del contacto con alguien infectado, aunque en todos los casos incluidos se analizaron exposiciones de menos de una hora.