MEDIO AMBIENTE

Cómo repensar las ciudades para que recuperar los espacios públicos

La pandemia está beneficiando al medio ambiente sobre manera: aire limpio, apenas contaminación, naturaleza que se descubre... Pensar las ciudades de otra manera podría ser posible.

De grandes crisis grandes oportunidades. Y repensar el medio que nos rodea ahora que no se puede salir, puede ser una de las mejores ocasiones para descubrir las ciudades como un espacio sostenible, abierto al ciudadano, y que permita que otra movilidad gane terreno.

La bicicleta, en este caso, sería la gran beneficiada. De hecho, las grandes ciudades del mundo han apostado en mayor o menor medida por este medio de transporte, que permite no sólo la práctica de ejercicio, sino reducir también la carga de contaminación.

Una iniciativa que la ministra Teresa Ribero, de Transición Económica, ha trasladado a los diferentes municipios y provincias para que, entre todos, seamos capaces de ponerla en el eje de la movilidad en estos momentos. Así, entre las medidas que se podrían aprovechar y que nos permitiría vivir la ciudad de otra manera, destacan las que propone la iniciativa social Ciudades que Caminan.

"La bicicleta, aliada fundamental de la caminabilidad, debe ser también especialmente promocionada y favorecida en esta situación de alarma; sin embargo deberían evitarse soluciones que mermen el espacio peatonal o la prioridad de quienes caminan. La mayor utilización del coche privado supondría multiplicar los ya abundantes atascos, y las evidentes dificultades de desinfección de los automóviles particulares", comentan.

Además, "resultaría una irresponsabilidad salir de esta situación crítica sin adoptar las medidas para convertir las ciudades en espacios amables reduciendo la velocidad máxima de circulación a 30 km/h en todas las calles y plazas, a 20 en los espacios de coexistencia modal y a 10 en las áreas de preferencia peatonal".

Medidas que beneficiarían a la infancia

"La infancia es uno de los colectivos más afectados por los efectos del confinamiento. En la transición hacia la normalidad, los niños y niñas deberían poder salir a jugar a la calle lo antes posible, en las condiciones de seguridad que se determinen, sin embargo no todos tendrán plazas y parques cercanos a las sus hogares, por lo que se deberían recuperar calles en las que les sea posible jugar de forma segura. Un buen indicador de la atención a la infancia en la salida de esta crisis podría ser el porcentaje de población que dispone de un espacio público (parque, plaza, calle...) en la que niños y niñas puedan jugar de forma segura a menos de 5 minutos a pie de casa. Esta medida también favorecería la autonomía infantil".