DESCANSO

Pasamos más horas mirando pantallas que durmiendo

Pasamos 11 horas diarias mirando pantallas; o lo que es lo mismo, 167 días al año, frente a las 7 horas y 31 minutos que dormimos de media al día. Algo estamos haciendo mal.

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La Organización Mundial de la Salud insiste en que los menores de 2 años no deberían exponerse a las pantallas. Sin embargo, 1 de cada 3 niños accede a ellas antes de los 3 años. Pero no sólo lo hacemos mal nosotros con los menores, que son nuestra responsabilidad, sino que nosotros mismos no somos capaces de llevar una vida sin pantallas. Y, encima, dormimos mal.

De hecho, los españoles pasan una media de 11 horas diarias mirando pantallas o lo que es lo mismo, unos 167 días al año, según un estudio realizado por Multiópticas. Dicho de otra manera, un 32 % más del tiempo que los españoles dedican a dormir, como arroja un informe de Fitbit que afirma que en España dormimos una media de 7 horas y 31 minutos al día. Cifras realmente llamativas sobre todo cuando se trata de los más pequeños de la casa.

Pantallas, el pan de nuestro de cada día

Smartphones, ordenadores portátiles, tablets, televisiones inteligentes... Poco a poco estos dispositivos electrónicos se han convertido en objetos imprescindibles no solo en nuestra faceta profesional si no también en la personal, provocando que pasemos cada vez más tiempo pegados a ellos.

La protección de los menores: el objetivo

Vigilar el uso que los menores tienen con las pantallas es responsabilidad de los padres. as.com

Ante esta situación la Organización Mundial de la Salud (OMS) insiste en que los menores de 2 años no deberían exponerse a las pantallas. Sin embargo, 1 de cada 3 niños accede a ellas antes de los 3 años, tal y como afirma el estudio de Multiópticas.

Pese a ello, en España no hay ningún organismo o institución nacional que haya publicado directrices o pautas sobre las horas que pueden pasar los menores frente a las pantallas, según un análisis elaborado por Qustodio, plataforma de seguridad y bienestar digital para familias.

En cambio, en Estados Unidos, la 'American Academy of Pediatrics' (AAP) recomienda a los padresfijar un límite de 1 hora diaria para los niños de 2 a 5 años. Así, la concienciación existente en Estados Unidos les ha llevado a poner en marcha el 'National Day of Unplugging' (Día Nacional de la Desconexión) celebrado el primer viernes de marzo (hoy). Un día que en España, de momento, no existe.

Una pantalla para los niños es como un casino para los adultos

las pantallas generan un efecto muy similar en niños que los casinos o las casas de apuestas en adultos. Manuel Bruscas, vicepresidente de producto de Qustodio, advierte sobre los algoritmos que hay detrás de muchas aplicaciones, diseñadas para mantenernos enganchados.

"Recomiendo a los padres que establezcan límites de tiempo que obliguen a sus hijos a desconectarse. Es demasiado fácil dejarse llevar por el flujo interminable de propuestas de vídeo, pero no todo el contenido en línea es positivo. Por ello, el trabajo de los padres no solo es establecer límites de tiempo, sino también revisar la calidad del contenido que visualizan sus hijos de forma regular".

Consecuencias psicológicas: una exposición excesiva a las pantallas en menores de edad puede generar depresión, falta de autoestima, adicción, nomofobia (miedo a estar desconectado) e, incluso, comportamientos violentos cuando los padres les intentan retirar los dispositivos.

Consecuencias físicas: desde la obesidad hasta secuelas oculares como vista cansada, enrojecimiento de los ojos o miopía, sin olvidar el insomnio que causa el color azul de pantallas de móviles y ordenadores al inhibir la producción de melatonina, la hormona del sueño.

Puede afectar al aprendizaje: existe una relación entre el uso de las pantallas y una menor integridad estructural en la zona del cerebro que apoya el lenguaje y las habilidades de alfabetización emergentes en los niños de preescolar, tal y como afirma un estudio publicado en la revista JAMA Pediatrics.

Pero estas consecuencias no son sólo para los niños, aunque puestas así a la vista son más llamativas. Cada vez más tenemos mayor dependencia, no sabemos desconectar y no prestamos atención no sólo a nuestros hijos, sino a quien nos habla. Un problema que si viéramos impreso en imágenes sería más llamativo.