PSICOLOGÍA

La angustia de las embarazadas influye en los posibles problemas mentales de los hijos

El desarrollo del cerebro del feto se ve afectado por las condiciones ambientales de la madre y si la ansiedad de la mujer no es tratada hay un mayor riesgo de psicopatología en los hijos.

Nina Matthews Photography

El estado de las madres es uno de los factores que influyen en el desarrollo del cerebro del feto durante los meses de embarazo. En este período el desarrollo del cerebro de los hijos recibe información del organismo de la madre y se ve afectado por su estilo de vida. Un equipo de la Universidad de Columbia ha querido averiguar si en esta conexión hay también una implicación del estado mental de la madre, especialmente cuando se producen situaciones de estrés mental.

La investigación de la universidad estadounidense descubrió que la salud mental de la madre afecta más de lo que se creía al feto. Su prueba se basó en los efectos en el feto cuando a la madre se le alteraba el pulso. La intención era valorar en términos generales las situaciones de estrés como percepción relacionada con la ansiedad y la depresión. Los científicos comprobaron que cuando el corazón de las embarazadas aumentaba el ritmo o cuando la tensión subía se producía también un aumento del ritmo cardíaco del feto. Los datos, publicados en Annual Review of Clinical Psychology, demuestran que la angustia materna está asociada con un mayor riesgo de psicopatología en los niños. Su conclusión fue a lo largo de la gestación el cerebro fetal cambia de manera paralela al cerebro materno y a la biología relacionada con el estrés.

Los expertos interpretan que se trata de una adaptación del hijo al ambiente de la madre. Según sus análisis, cuando una mujer no tratada por depresión sufre esta ansiedad su hijo desarrolla patologías más adultas cuatro semanas después de nacer. "Consideramos que hay una especie de desarrollo acelerado por haber sido expuestos a la depresión o a otros efectos tóxicos durante la gestación. Quizás sea algo adaptativo para un mundo potencialmente peligroso y estresante", explica la autora principal del estudio, la médica psicóloga Catherine Monk.

No culpar a la madre

Pero no quieren que se culpe a la progenitora. "Sería una grave perversión de la ciencia si la investigación sobre la angustia materna prenatal se interpretara culpando a las mujeres por el desarrollo de sus hijos, como fue acentuada en la década de 1950 cuando se proporcionó el concepto de la 'madre refrigerador' como causa del autismo", advierte el informe de los expertos.

El estudio recuerda que en Estados Unidos más de la mitad de los embarazos no han sido planificados y señala que es difícil encontrar a mujeres que quieran ser evaluadas durante el primer trimestre de gestación. Catherine Monk piensa que esta investigación debe ayudar a proteger a las madres respecto a las situaciones de estrés. La experta insiste en que la investigación debería servir para mostrar que las mujeres embarazadas y sus futuros hijos "son poblaciones vulnerables que necesitan ser protegidas en consecuencia de dificultades y angustias indebidas".

El padre también influye

Los investigadores reconocen que todavía sólo tienen una parte del puzle. Saben que en esta influencia del desarrollo del cerebro también forman parte las hormonas. Algunos estudios con animales ya han revelado la conexión entre el cortisol en el útero con descendientes con comportamientos tendentes a la ansiedad. Otras investigaciones han demostrado que también influyen en el desarrollo de los problemas mentales la calidad del esperma del padre y la influencia de los varones el bienestar de las mujeres durante el embarazo, ya que evitan o generan esta ansiedad.

Hay margen para el optimismo. "La angustia prenatal materna es solo una de las muchas influencias en el futuro de los niños. La angustia durante el embarazo suele ser un factor modificable y las intervenciones con mujeres embarazadas angustiadas pueden ayudar a las mujeres y también pueden afectar positivamente a sus hijos", concluye en su informe.