SALUD

Los casos de demencia en el mundo se triplicarán en 2050

Actualmente hay 50 millones de personas en todo el mundo que sufren algún tipo de demencia, principalmente alzhéimer, y la OMS alerta de que ese número puede alcanzar los 152 millones en 2050.

as.com

Cada vez vivimos más años. Pero el envejecimiento de la población también provoca el aumento de la prevalencia de determinadas enfermedades. Y la demencia, en sus diferentes manifestaciones, es una de ellas. Esta patología se caracteriza por un deterioro en la función cognitiva más allá del propio achacable a la edad. Afecta la memoria, el pensamiento, la orientación, la comprensión, el cálculo, la capacidad de aprendizaje o el lenguaje, y es el resultado de una variedad de enfermedades y lesiones que afectan el cerebro, como la enfermedad de Alzheimer o un derrame cerebral.

En la actualidad, la demencia ya se considera un problema de salud pública que afecta a alrededor de 50 millones de personas en todo el mundo. Y cada año se producen casi 10 millones de casos nuevos, lo que da muestras de su implacable avance y del panorama que se avecina en los próximos años: el número de personas afectadas podría alcanzar los 152 millones en 2050.

"En los próximos 30 años, se espera que la cantidad de personas con demencia se triplique. Necesitamos hacer todo lo posible para reducir el riesgo de sufrir demencia. La evidencia científica confirma lo que sospechamos desde hace algún tiempo, que lo que es bueno para nuestro corazón, también lo es para nuestro cerebro", explica Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud.

"Las personas pueden reducir su riesgo de demencia haciendo ejercicio con regularidad, no fumando, evitando el consumo nocivo de alcohol, controlando su peso, adhiriéndose a una dieta saludable y manteniendo niveles saludables de presión arterial, colesterol y azúcar en la sangre", añade el máximo dirigente del organismo internacional.

Un reto para el futuro

Unas recomendaciones que conviene tener en cuenta porque la demencia es una causa importante de discapacidad y dependencia entre las personas mayores con infinidad de implicaciones tanto para los propios enfermos como para sus familias. Además, procurar la mejor calidad asistencial posible, con el consecuente incremento presupuestario, también supondrá un reto para los sistemas sanitarios, sobre todo en aquellos países con menos recursos.