SALUD

Brexit: menos frutas y verduras y 12.400 muertes más por enfermedad cardiovascular

Un estudio de la Universidad Imperial de Londres concluye que una salida no pactada de Reino Unido de la Unión Europea podría conllevar un aumento significativo de muertes en la próxima década.

as.com

El Brexit no solo amenaza con poner en riesgo la salud física y mental de Theresa May, primera ministra del Reino Unido, cuyos esfuerzos por alcanzar un acuerdo en el parlamento británico para desbloquear el Brexit no están surtiendo ningún tipo de efecto, sino que además es posible que la población sienta en sus carnes los efectos de una situación que parece no tener un final claro.

Una reciente investigación a cargo de expertos del King´s College London, publicada en The British Medical Journal (BJM), concluyó que la prescripción de antidepresivos en el Reino Unido aumentó un 13,4 por ciento por la incertidumbre generada tras el referéndum del Brexit en junio de 2016. Ahora, un nuevo estudio con el sello de la Universidad Imperial de Londres, publicado en la revista BMJ Open, asegura que de producirse un Brexit sin acuerdo podría producirse un aumento de más de 12.000 muertes en la próxima década.

Y el motivo no es otro que el incremento de cardiopatías y enfermedades cerebrovasculares a consecuencia de una posible reducción de la ingesta de frutas y verduras por la subida de precios que se atisba en el horizonte. No en vano, el 84 por ciento de la fruta y el 48 por ciento de la verdura que se consumió en el Reino Unido fueron importados.

El peor escenario posible

Bien es cierto que este es, de los cuatro contemplados, el escenario más lúgubre pero tal y como se están desarrollando los acontecimientos, no es descartable que se produzca, lo que podría suponer que, a modo de ejemplo, los plátanos costaran un 17 % más, las frutas cítricas un 14 % y los tomates casi un 15 %.

Si a este hecho añadimos que el consumo de frutas y verduras ya se encuentra en la actualidad por debajo de los niveles recomendados, la reducción de la ingesta de estos alimentos saludables conllevaría irremediablemente un aumento de la mortalidad por enfermedades cardiovasculares. Un reducción cifrada en un 11,4 % menos de frutas y alrededor de un 9 % menos de verduras.