Cómo tratar la metatarsalgia

La metatarsalgia es una de las lesiones más habituales en deportistas, pero no solo. El dolor suele desaparecer con reposo, pero si no se trata de forma temprana, puede afectar al caminar o incluso doler sin necesidad de tener que apoyar el pie. La metatarsalgia puede manifestarse también en forma de durezas o callosidades en la planta del pie que suelen derivar en los llamados "clavos plantares".

Causas de la metatarsalgia

Suele decirse que una mala mecánica a la hora de caminar, una mala postura, puede producir metatarsalgia. A cada paso duele y se va inflamando.

Pero no solo ocurre en una mala pisada, también por un calzado inadecuado, sobre todo si llevan excesivo tacón, poca suela o una punta muy estrecha que presiona el pie. Este tipo de calzado lleva a deformar el pie, ya sea por poco tiempo de uso o una jornada laboral. Lo que se produce es presión sobre la cabeza de los metatarsianos, produciendo dolor.

Los juanetes, las fracturas, el engrosamiento del nervio, el llamado neuroma de Morton, o la propia forma del pie puede ser también causa de esta lesión. Se agrava también en personas de mayor edad o si padecen sobrepeso.

Cómo evitar la metatarsalgia

Para evitar que esta lesión aparezca, lo mejor es tener cuidado con el calzado, que sea de suela blanda, que no sea estrecho, que lleve un tacón adecuado y no muy alto.

Si aun así aparece la lesión, es recomendable reposo si practicas ejercicio.

Aplicar hielo es una medida clave. Reposo o cambiar de actividad deportiva, una que tenga menos impacto, puede ser una solución.

Acudir habitualmente a un fisioterapeuta es una medida preventiva muy correcta, sobre todo si practicas deporte de impacto de manera habitual, como running. Si ya estás lesionado, lo mejor es realizar reposo algunos días, acudir al fisioterapeuta, y seguir el tratamiento conservador para que la inflamación baje.