SALUD

¿Por qué el desayuno no es tan necesario como creemos?

Siempre nos han vendido que el desayuno es la comida más importante del día, aunque no es así. No te preocupes si eres de los que no te apetece desayunar.

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El desayuno es una de las comidas que más polémica suscitan. Por una parte, siempre nos han vendido que necesitamos comer nada más despertarnos para reunir la energía suficiente para afrontar el día, pero hay personas que detestan comer a primera hora. Simplemente no les apetece. Otros, en cambio, no conciben empezar el día sin nutrientes. Todo son cuestiones fisiológicas, ya que cada cuerpo es un mundo distinto y no podemos generalizar en cuanto a número y frecuencia de comidas necesarias para todos y cada uno de nosotros.

No desayunamos alimentos adecuados

Este es uno de los principales motivos por los que el desayuno no es absolutamente necesario. La mayoría de personas no saben alimentarse correctamente, y optan por cereales llenos de azúcares simples, bollería, galletas, embutidos y otros tipos de comida nada recomendable para la salud. En cambio, hay pocas personas concienciadas de que un desayuno debe contener alimentos como frutas y proteínas de calidad, como es el caso de los huevos, un alimento muy demonizado tiempo atrás por sus supuestos efectos sobre el colesterol malo.

El cuerpo puede acostumbrarse al ayuno

Nuestro cuerpo es una máquina casi perfecta, y no necesitamos desayunar para que funcione. ¿Habéis oído hablar del ayuno intermitente? Existen distintos tipos de ayuno intermitente, aunque el más popular es el 16/8, que consiste en realizar el ayuno durante 16 horas para comer todos nuestros requerimientos en 8. Es decir, si la última comida la realizamos a las 21:00 horas del día anterior, no podríamos comer de nuevo hasta las 13:00 horas. El ayuno intermitente goza de cada vez más aceptación entre la comunidad de nutricionistas porque sus beneficios son incontables: el gasto energético en reposo es mayor gracias al ayuno, puede ayudar a alargar nuestra vida y hasta reducir los triglicéridos, limitar el crecimiento de células cancerígenas y la mejorar de la plasticidad neuronal, todas estas afirmaciones basadas en estudios científicos rigurosos.

No desayunar no ralentiza el metabolismo

En un estudio del Dr John Zauner se pudo observar que el metabolismo aumentaba durante un ayuno de 36 horas. No solo no se reducía, sino que aumentaba. Y no en 8 horas, durante 36 horas. El gasto energético en reposo aumenta en la inanición temprana, acompañado por un aumento de la norepinefrina plasmática. Este aumento en la norepinefrina parece ser debido a una disminución de la glucosa en suero y puede ser la señal inicial para los cambios metabólicos en la inanición temprana. Por tanto, no te preocupes: ni ralentizará tu metabolismo ni entrarás en el temido catabolismo muscular si eres practicante de fitness o musculación.

No desayunar no disminuye nuestro rendimiento

Existen ciertos mitos acerca del desayuno que habría que rebatir: que si nos pone de mal humor, que si no rendiremos lo suficiente...eso va en cada persona. Si llevas toda la vida desayunando seguro que estás tan acostumbrado a ello que piensas que si no desayunas va a pasarte algo malo, sin desayuno te mareas, o tienes bajones e incluso no rindes como deberías, pero no es más que una costumbre que le has dado a tu cuerpo, y el cuerpo se acostumbra a cualquier situación.

No desayunar no implica que vayamos a comer más el resto del día

En este caso, como siempre, entran las características y preferencias de cada persona. Si bien es cierto que hay gente que no desayuna y después hace dos comidas demasiado abundantes, sumado a que son sedentarias, claro que es posible que engorden. Pero eso no significa que no desayunar engorde, porque no tiene ninguna lógica. Un estudio de 2013 observó que a pesar de no desayunar, y que se tuviera más hambre por ello, no afectaba el total calórico del día. Es decir, que no se compensaban las calorías como muchos parecen pensar. Si estás comprometido con una dieta saludable y la práctica de ejercicio físico, el solo acto de no desayunar no va a provocar que engordes.