EN EQUILIBRIO

Cómo un minuto extra mirando el móvil puede robarte una hora de sueño

¿Echarías esa última ojeada a Facebook si supieras que eso te va a hacer pasar una noche de perros?

De mal humor, más impulsivos e irritables y menos empáticos y creativos. Seguramente te has sentido así después de una noche de no haber pegado ojo. Todo eso, por no mencionar el aumento de probabilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares, sobrepeso o alteración de la memoria. En resumen, una persona mal dormida es una persona menos sana como ya sabemos, y las pantallas de nuestros móviles y tablets tienen algo de culpa en el hecho de que tengamos seamos incapaces de conciliar el sueño. En concreto, cada minuto extra mirando tu móvil puede robarte una hora de sueño. Lo ha calculado un estudio de la Universidad de California San Francisco (EE UU), tomando una muestra de 650 usuarios que usaban su teléfono una media de 3,7 minutos cada hora. Cuando los investigadores preguntaron por los hábitos de descanso, aquellos que utilizaron su móvil por encima de la media dormían menos y peor, y aquellos que superaban la media justo antes de dormir tardaban más en conciliar el sueño. Lo más sorprendente, la gran diferencia que supone un rato más con tu teléfono: superar la media solo en un minuto conlleva perder una hora de sueño.

La relación entre las pantallas y el mal descanso, según explica el doctor Javier Albares, especialista en Medicina del Sueño del Centro Médico Teknon, se basa en que la luz que emiten produce un retraso en la secreción de la hormona de la oscuridad, que sincroniza nuestro reloj interno : "Estos aparatos emiten luz, engañan al cerebro haciéndole pensar que es de día y hacen que deje de producir melatonina, sustancia necesaria para el inicio del sueño. Además, nos activan y no permiten que nos relajemos de la manera adecuada".

No pienses que dejar el móvil a un lado durante las dos horas antes de dormir sería la solución. También cuenta el acumulado de minutos que pasemos al día frente al ordenador, la tablet o cualquier pantalla con una luz similar. Como apunta la doctora Ainhoa Álvarez Ruiz de Larrinaga, miembro de la Sociedad Española del Sueño (SES), la utilización excesiva durante el resto de la jornada también puede afectar a nuestro descanso, sobre todo si el uso que hacemos de ellos es excesivo. "Pueden hacer que recibamos tanta información, la mayoría de ella en ocasiones prescindible, que a nuestro cerebro le cueste desconectar una vez llegue la noche".

La tecnología nos crea el problema, pero en esta ocasión también nos da la solución: el engaño del engaño. Los expertos recomiendan alternativas para que interfieran en menor medida en nuestra calidad de sueño. Seguramente tu teléfono cuenta con un filtro de luz azul que es la luz que más altera nuestro ritmo circadiano, que "permiten volver a engañar al cerebro y así poder utilizar los dispositivos electrónicos con la menor repercusión sobre el descanso", recomienda Ainhoa Álvarez . El doctor Albares advierte que únicamente bajando la luminosidad de la pantalla "el estímulo lumínico interfiere menos en nuestro sueño, pero sigue afectándolo".