Corría el año 2003 cuando Warner Bros le propuso una reunión a Tony Hawk, el skater más famoso del mundo. El motivo era la idea que tenían de grabar una película que se iba a llamar Skate Jam. Así lo explica el propio Hawk: “El plan era traer de vuelta al cine a personajes de los Looney Tunes como Bugs, Taz, etc con un estreno que iba a llamarse Back in action; y luego se centrarían en nuestro proyecto”.

Cuenta el skater estadounidense que la reunión fue justo antes de un viaje a Australia (volaba esa misma noche), en un icónico restaurante en forma de cúpula en Los Ángeles. Relata que “iban en serio” porque “hablamos de las tramas, de los horarios de rodaje e incluso de honorarios: iba a recibir 1 millón de dólares por adelantado al firmar”.

Esa noche voló a Sídney sin salir del asombro y la emoción de la propuesta. “Me había reunido con los jefazos de Hollywood y estaba seguro de que iba a ser una realidad”. Pero no fue así. La razón es que durante su viaje, Back in Action se estrenó en el cine y fue un fracaso. Así que cuando estuvo de vuelta en casa le comunicaron que Skate Jam había sido “aplazada indefinidamente”. Nunca más volvió a saber de esta película.

Hoy en día, Hawk -el equivalente en el skate al Michael Jordan del baloncesto- está convencido de que “considerando la popularidad del skate en ese momento y la reverencia que los niños tenían por Space Jam, sigo pensando que habría sido un éxito”.

La historia la contó Tony Hawk hace tiempo en Instagram junto a un dibujo que le dieron en una demostración de skate que Looney Tunes patrocinó años antes de que comenzaran sus conversaciones sobre la película Skate Jam; con Marvin adecuadamente sobre una patineta voladora. Y recientemente ha vuelto a hablar del tema mientras se enfrentaba a las “alitas del infierno” en un podcast en el que demostró su tolerancia a la comida picante.