El otro día, en televisión, veía la entrevista a una mujer que trabajaba en un hospital. La entrevistaban porque hace 30 años salió en un programa explicando que le habían gastado una broma a un amigo en su despedida de soltero. Le emborracharon tanto que le llevaron al hospital y le enyesaron ambas piernas, diciéndole que se había roto la rodilla de una y el tobillo de la otra. Se casó al día siguiente así y le dijeron la verdad al final de la boda. En la entrevista, la autora de la broma decía que el novio no le habla desde entonces.

Al lado de esta broma, la que se ha hecho viral en las últimas horas parece de niños, aunque seguramente es más adecuada para la situación. En el vídeo se puede ver a un grupo de amigas de una mujer que se va a casar y que está ubicada en los bajos del Paseo de La Concha, en Donosti. La futura esposa está con los ojos vendados y pensando que va a saltar al vacío o, en otras palabras, que la han llevado a hacer una actividad extrema como es el puenting.

Para hacerlo más real, un hombre le coloca el arnés (una cuerda) y le explica cómo debe realizar el salto. Después le dice que son 20 metros de caída y que tiene que agarrar fuerte la cuerda, que se coloque en el borde y que salte. Ante la indecisión de la protagonista, las amigas inician incluso una cuenta atrás (aunque por ponerle un fallo, le hablan desde delante suyo...). Y al final, se tira. Pero en lugar de 20 metros, los pocos centímetros que hay provocan que acabe estampándose en la arena de la playa ante las risas del resto de la cuadrilla.

En este caso, ¿seguirán siendo amigas Xenia, Laila, Aitana, Eneritz y Yasmine?

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