Tristes noticias las que llegan desde Nepal, donde un helicóptero de rescate avistó el cuerpo de Nadezhda "Nadya" Oleneva durante la mañana de este domingo. El sábado, junto a Roman Abildaev y Rasim Kashapov intentaban escalar el Dhaulagiri I, una montaña de 8.167 metros de altura, la séptima más alta del mundo. Sin sherpas ni oxígeno suplementario y tras la debida aclimatación de varios días.

Salieron de madrugada desde el Campamento 1. A las 4 horas, Abildaev llegó al Campamento 2, ubicado a 6.680 metros. Tres minutos después, llegó Kashapov, y ambos esperaron a Oleneva. Pero no había señales de ella, así que fueron en su búsqueda. Encontraron un bastón suyo e indicios de que había resbalado por una pendiente. Siguieron el rastro 200 metros hasta que pasó a ser peligroso y bajó la niebla. Tuvieron que volver antes del anochecer.

Había la posibilidad de que Oleneva hubiera parado la caída de alguna manera y usado su saco de dormir, así como el botiquín, con lo cual no perdieron la esperanza de encontrarla viva al día siguiente. Sin embargo, no fue el caso.

El legado de Oleneva

Nadezhda Oleneva, de 38 años, era una de las mejores escaladoras del mundo. Destacaba como escaladora de grandes paredes, instructora de montañismo y alpinista con experiencia que llevó a cabo ascensos técnicamente difíciles a lo largo de su carrera. En la región de Bauntovsky (Rusia, 2019), o en el Kirguistán en 2021 y 2022. Realizando incluso ascensos inéditos como el de la cara norte principal de Pik Korolyova (5.816 metros).

Fue nominada dos veces al Piolet d'Or y recibió una nominación para la versión rusa del premio en este año. También fue galardonada con la beca GRIT&ROCK en 2021.