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WINGSUIT

Gana altura y vuelve a la zona de despegue con un traje de alas

Increíble gesta la de Dani Román en uno de sus vuelos más recientes: sobrevoló en wingsuit una zona de despegue, ganó altura y volvió para aterrizar allí.

Actualizado a
El piloto de wingsuit Dani Román volando con su traje de alas en POV desde el casco sobre una zona de despegue de parapente en la montaña.
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"Vuelta al take off. Salto desde un parapente, sobrevuelo la zona de despegue y luego aterrizo en ella. Yiiiga! Gracias a todas las personas que lo han hecho posible. Sois los mejores". Así relataba Dani Román la gesta conseguida a finales de agosto y que se convirtió en viral por la espectacularidad de la maniobra. Dale al play:

Para los no entendidos ni en la ley de la gravedad, cabe decir que la gran mayoría de los vuelos en wingsuit -o traje de alas, esta especie de vestido que recuerda a una ardilla voladora- van perdiendo altura hasta que finalmente, antes de aterrizar, se despliega el paracaídas. Pero cuando la trayectoria y las condiciones lo permiten, los pilotos más expertos de esta disciplina han aprendido a ganar altura de nuevo. Y eso es exactamente lo que ha puesto en práctica el ubetense Dani Román. 

En concreto, este experto piloto nacido en Úbeda (Jaén) en 1991 se lanzó a finales de agosto desde un parapente con su traje de alas, pasó sobrevolando una zona de despegue a toda velocidad y posteriormente ganó altura para volver a dicha zona. Si no es un World's First, poco le faltará.

Otro éxito que sumar a los de su carrera, que empezó a los 18 años con su primer salto en Skydive Lillo (Madrid), donde posteriormente entraría a trabajar en la oficina y luego pasaría a instructor. En 2011 probó el wingsuit. En 2012 el túnel del viento, del que también se hizo experto y le acabó mandando al túnel privado del principe en Dubái. Allí se convirtió en uno de los mejores del mundo, participando en 2015 (en Chicago) en el récord del mundo de head down (vuelo cabeza abajo) y en múltiples vídeos virales. En 2018 le ficha Red Bull y en 2022 demuestra que sí, que le dieron alas.