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Leticia Bufoni: “Cuando llegué no sabía inglés, solo decía yeah, yeah… y me lo tatué”

La skater brasileña se sincera en una entrevista sobre sus tatuajes y explica los más curiosos. Incluso el primero que se hizo su padre con 40 años.

La skater Leticia Bufoni se hace un selfie en el espejo con su iPhone y un bañador rojo, mostrando sus tatuajes. En el lavabo.
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En una entrevista para Mad Rabit Tattoo, un bálsamo mejorador y crema para el cuidado posterior de los tatuajes, Leticia Bufoni empieza hablando de su rol como modelo para las niñas que se inician en el patín. También de su estilo de vida, que va más allá del skate -surf, drifting, caída libre, etc- y en el que le da mucha importancia a pasárselo bien (sin dejar de trabajar). Posteriormente, explica brevemente que considera una "locura" el haber llegado donde está "sin referentes".

Luego entra en la parte central de la entrevista dedicada a los tatuajes. Comienza explicando que "nadie en mi familia tenía tatuajes y mi padre estaba muy en contra hasta los 40 años, cuando se tatuó en el brazo a lo grande un 'buena suerte Leticia'". En aquella época ya había aceptado que su hija iba a ser skater, algo que la brasileña ha contado muchas veces que en los inicios no fue así e incluso llegó a romperle una tabla.

Hablando ya de sus tattoos, Leticia reconoce que "empecé con los pequeños, primero mi logo, luego una rosa, luego unas calaveras, porque me encantan las calaveras... una bandana (un pañuelo para la cabeza triangular que ella lleva a menudo) y posteriormente todo lo demás, como el atrapasueños, que no es que me gusten especialmente pero quería algo relacionado con los sueños". De hecho se sincera y explica que "no lo planifiqué, me he ido tatuando poco a poco".

De esos tatuajes pequeños explica que hay uno en portugués que dice "Deus e fiel" y que es "uno de mis favoritos". La razón es que "me lo puse en un sitio -el antebrazo- que cada vez que miro al suelo para planchar un truco lo veo". Aunque por otro lado también le gusta mucho el demonio bueno tipo emoji: "Siempre he sido como un pequeño demonio, así que me lo hice, el bueno, no el malo".

En el cuello, por su parte, lleva un "dedication" y un "belief" que se los hizo hace un par de años cuando se rompió el pie y tuvo que basarse en la dedicación y el creer para poder recuperarse a tiempo para llegar al debut del skate en los Juegos Olímpicos. Y en uno de los brazos tiene uno curioso que dice "yeah". Explica que viene de "cuando llegué a Estados Unidos, que no hablaba inglés y cuando la gente me preguntaba algo yo solo decía yeah, yeah, yeah, yeah... y la gente empezó a llamarme yeah y me lo tatué".

Para terminar la entrevista, Leticia Bufoni asegura que "no creo que necesite ningún cover para alguno de mis tatuajes o que me vaya a borrar alguno porque me encantan. Incluso los más malos y estúpidos".