“Yo elijo surfear olas grandes. Si algo ocurre, ocurre. Está bien. Dios conoce mi hora”, afirma Pedro Scooby para cerrar el vídeo XXL Nazaré: Scooby se enfrenta a sus mayores miedos. Lo hace tras repasar su vida desde su dura infancia hasta la actualidad, con la participación de otros surfistas brasileños de renombre, de su madre y de su hermano, como principales protagonistas.

El clip empieza en Rio de Janeiro (Brasil), la ciudad donde se crió. No entre favelas, pero sí en el ghetto: “Mafia, apuestas ilegales, traficantes, tiroteos… todo nos rodeaba, me crié viendo todo eso y perdiendo a amigos de la infancia o a mi padre, que ingresó en prisión cuando tenía 15 años”. En ese escenario, Scooby se convirtió en el mayor apoyo de su madre, Maria Gracinda, para criar a sus hermanos.

“No teníamos dinero, comíamos solamente arroz, frijoles y a veces carne”, relata el brasileño, quien añade que en esta situación se presentó un día ante uno de los jefes de la mafia en Brasil: “Le pedí trabajar con él para que cuidara de mi hermano y de mi madre, pero me dijo que no, que yo era surfista y tenía que seguir mi camino, que esta vida no era para mí”. Así, “cada vez que mis amigos -o su hermano, que acabó en una de las prisiones más peligrosas de Brasil- salían a delinquir, yo iba a surfear”. Era su pasión, pero también la manera de salvar su vida.

Nazaré, el lugar donde bailar con los dioses

Pedro Scooby puso todo su empeño en ello y acabó consiguiendo que el surf se convirtiera en su trabajo. Recuerda con especial cariño su primer gran oleaje en Puerto Escondido (México). También le recuerdan Rodrigo Koxa, Lucas ‘Chumbo’ Chianca y Carlos Burle en diferentes olas gigantes y cómo despuntaba. Quería dar un paso más y se lo dejaron claro: “Si quieres bailar con Dios, Nazaré es el lugar”.

“Recuerdo el momento en que vi Nazaré por primera vez, no había visto algo así en mi vida, era como del tamaño del acantilado”, relata Scooby. Aunque también asegura que no era consciente del peligro que tenía la ola: “Mavericks o Jaws tienen un canal, rompen en el mismo lugar… Nazaré es un fondo de arena gigante, aquí podía morir, es peligroso”. En 2019 estuvo cerca. En una de las series más grandes de un oleaje no especialmente gigante, se quedó en un punto crítico y fue arrastrado al fondo del mar. Cuando consiguió salir le golpeó otra ola. “No tenía más oxígeno, pero tenía que continuar como fuera, al fin escuché una moto, la de Sebastian (Steudtner)”. Le sacaron del agua y le metieron en una ambulancia. Pudo recuperarse, pero en ese impasse, a su hermano y su madre les llegó que había muerto. Por suerte, al poco hablaron con él por teléfono.

“Fue el accidente más loco de mi vida, la primera vez que sentí tan cerca la muerte”, afirma el surfista brasileño. Así, cuando está con sus hijos, asegura que “les dedico mucho tiempo porque sé lo que hago cuando entro en el mar, puedo morir”. También dice que habla con ellos “de todo” y que un día, hablando de cómo el miedo te detiene, decidió que debía volver a Nazaré y superar el trauma. “Tenía miedo, pero tras mi primera ola volví a sentir que esto es lo que quiero hacer, no podemos dejar que el miedo nos domine”, concluye.