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Federico Llamas: "Pensé en matarme, fue una salvajada lo que hicieron conmigo"

El surfista al que se le acusó de saltarse la cuarentena al principio de la pandemia relata el "injusto" calvario que ha vivido desde entonces.

Federico Llamas, el surfista que ha acaparado la atención mediática en Argentina por saltarse el confinamiento obligatorio por el coronavirus, hablando con la prensa.
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La incertidumbre y el miedo no son buenos compañeros de viaje. Durante los inicios de la pandemia hubo bastante de ambos. Buena prueba de ello es el caso de Federico Llamas, un surfista -y electricista- de 27 años que había estado de vacaciones en Brasil y al que la cuarentena obligatoria le enganchó de vuelta, en coche, con 3 tablas de surf en el portaequipajes.

La versión oficial, o mejor dicho la versión inicial contada por la prensa, decía que no se sabía cómo había entrado en el país viniendo de una zona de riesgo. Que al pillarle la policía en la Panamericana le habían mandado arresto domiciliario en casa y que él había escapado nada más marcharse las autoridades. Tras la orden de búsqueda y captura le encontraron en casa de su madre saltándose la cuarentena.

Pues bien, ahora, el surfista cuenta su versión de la historia y el calvario que ha vivido posteriormente en una entrevista de Fernanda Iglesias para el periódico La Nación. Dista bastante de la ofrecida hasta la fecha. En primer lugar, sobre cómo empezó todo, parado en la Panamericana, con una declaración jurada que había obtenido en la frontera en la que ponía que se dirigía a casa de su madre:

"El primero que vino fue un fotógrafo. Me dijo: "Che, pibe ¿no sabías que estamos en pandemia? ¿Cómo te vas a ir de vacaciones?". Le expliqué que estaba volviendo. Me pregunta "¿De dónde?". Cuando le dije que volvía de Brasil, se empezó a fijar en el celular y me dijo "Brasil es uno de los países de riesgo, ¿qué hacés acá? Nos estás perjudicando a todos". Cuando me dijo así lo mandé a la mierda y ahí empezaron a llegar todos los demás. Decían: "Ah, este es el colorado que se hace el vivo. ¡Colorado pelotudo!". Los camarógrafos y fotógrafos me provocaban para que yo les conteste. Ellos me boludeaban y yo los boludeaba. Ahí se tornó más heavy.

Federico Llamas: "Pensé en matarme, fue una salvajada lo que hicieron conmigo"

Con todo, vino el policía y me dijo: "No te voy a poder dejar ir, estás en todos los medios, el juez está re caliente, te vamos a hacer un acta y vas a salir custodiado. Después seguís camino". El acta decía que yo estaba incumpliendo la cuarentena y entonces les dije que no la iba a firmar, porque eso no era cierto. Yo no estaba incumpliendo nada, estaba en tránsito. Todavía no había llegado a mi casa. Me insistieron para que firme y se fue dilatando todo. Me querían poner las esposas por resistencia a la autoridad. Pero yo me daba cuenta de que el prefecto se quería morir, que le estaban haciendo hacer ese trabajo... Él sabía que yo tenía toda la documentación. No les echo la culpa a ellos porque, en definitiva, son títeres. Pero los periodistas, no. Dijeron muchas mentiras."

Federico Llamas: "Pensé en matarme, fue una salvajada lo que hicieron conmigo"
Ejemplo de lo que llegó a decir la prensa -Crónica- sobre Federico Llamas.Captura

Federico Llamas habla también sobre su supuesta escapada:

"Después de leer el acta, donde me decían lo del incumplimiento en la Panamericana, me llevaron al domicilio que figuraba en mi DNI: Fabre 1154, en Flores. Pero ese no era el domicilio que yo había declarado para hacer la cuarentena. O sea, ahí me obligaron ellos a romper la declaración jurada. Me llevaron allí porque se querían sacar el problema de encima y les quedaba a 20 minutos en auto esa casa. No me querían escoltar hasta Pinamar, que era el domicilio que yo había puesto en la declaración jurada. Me dijeron que una vez se fueran podría irme. Hice lo que ellos me dijeron. ¿Cómo me voy a quedar en una casa de la que no tengo ni la llave? Me fui a Ezeiza, a la casa de mi papá, a buscar ropa de invierno y herramientas, para luego ir a casa de mi madre en Pinamar"

Tras el alarmismo creado por la prensa en cuanto a su huida, la policía le encontró en el domicilio que había puesto en la declaración jurada: en casa de su madre en Pinamar.

"Cuando me dijeron 'estás acusado de 'disipación de un virus pandémico', de 'desacato a la autoridad' y de 'incumplimiento de la cuarentena'", no lo podía creer. Se le llevaron la camioneta y no la devolvieron hasta pasados 6 meses. Tuve que contratar a un abogado. Me sacaron las herramientas, me hicieron pasar un momento de mierda, tuve a la policía en la puerta de mi casa durante treinta días... y acabé pagando 47.000 pesos (400 euros) para que me devolvieran las tabla de surf".

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Con todo, remata su relato con una estremecedora confesión:

"Ellos me tendrían que pagar a mí, por todo lo que me hicieron. Tuve depresión, pensé en matarme, pensé en hacer cosas para llamar la atención y sacarme la vida. Fue una salvajada lo que hicieron conmigo. Pensé en armar un plan para que se diga la verdad. En serio. Porque parecía que se venía el apocalipsis. Nos metieron miedo. Toda esta salvajada que pasó fue culpa de eso. Y no me contagié nunca..."

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