La vida de Maya Gabeira ha tenido de todo. Desde estar a punto de morir a ostentar el récord del mundo de la ola más grande jamás surfeada en un año y de toda la historia para una mujer. Entre medio le han pasado muchísimas cosas que repasa en una entrevista en profundidad con Graham Bensinger en su casa, en Nazaré (Portugal). Allí enseña su casa y deja algunas frases que destacamos a continuación:
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"El surf de olas grandes es 50% físico, 50% mental. Tienes que estar fuerte para aguantar las velocidades, la cuerda, las olas... pero tienes que entender el riesgo, controlar tu miedo y la ansiedad. Si no, usas mucha energía con tus nervios y cuando llega el swell estás exhausto"."De pequeña era malísima en surf. Tenía tendencia a levantarme con la rodilla y tardé un mes en ponerme en pie. Era la peor de la escuela. Pero me había enamorado de este deporte, así que seguí probando...""Todas las parejas, cuando ponen fin a su relación romántica, se separan y se toman un tiempo hasta que están con alguien y superan el dolor. Con Sebastian (Steudtner, su pareja de tow-in) nos tomamos ese tiempo, fuimos superando esos sentimientos y volvimos a ser amigos y a trabajar juntos. Tampoco hay mucho abanico en el que escoger, el surf de olas grandes es un deporte pequeño y Nazaré un pueblo pequeño..." "El surf de olas grandes tiene grandes contrastes. Un día estás en el pico, lo das todo, quedas exhausto y el día siguiente lo pasas en tu habitación. Es un contraste entre una emoción muy intensa y una vida muy tranquila que supone un reto para la mayoría de nosotros. No te diría que te deprime, pero sí te deja un buen vacío"."Mi padre fue uno de los fundadores del Partido Verde de Brasil. Siempre luchó por las minorías y por el Medio Ambiente. Durante la dictadura ejercía como periodista y los de su profesión eran arrestados y torturados, así que decidió luchar hasta tal punto que llegó a secuestrar al embajador americano para publicar una carta y sacar a 20 amigos de la prisión. Le dispararon, le cogieron, se exilió por Europa... es un hombre valiente". "En 2017 me diagnosticaron ansiedad: no pude surfear un swell que llegó a Nazaré porque no podía dormir, dejaba la cama húmeda, ni tan siquiera aguanté 3 minutos en el cine con mi madre sin vomitar. Ese día acabé en el hospital, sedada. Me puse a buscar respuetas y me diagnosticaron la ansiedad. Ahora estoy bien"."El día en el que casi muero en Nazaré cometimos demasiados errores. A Carlos le faltaba experiencia en rescates, había perdido la radio, el chaleco no era el adecuado, no había un segundo jet ski... hoy en día no me pasaría. Y no me arrepiento, no me gusta arrepentirme de las cosas. Porque estas vivencias son las que nos hacen crecer más, las que nos cambian"."Cuando Laird Hamilton dijo que no debía estar ahí me rompió el corazón. Es verdad que cometimos errores, pero cuando sabes que al otro lado hay una persona frágil en el hospital, con la pierna rota, dolor en todo el cuerpo y recién salida de varias operaciones, no es el momento. Con Kelly Slater fue distinto, porque me dijo que tenía que parar de surfear porque estuve a punto de morir en Teahupoo y ahí no lo comparto. Yo que he estado a punto de morir sé que ese día no fue así. Pero eran otras épocas, a las mujeres se nos trataba diferente y no se nos daba el puesto que merecemos ni en el surf de olas grandes ni en la sociedad". "El 18 de enero de 2018 cogí mi ola más grande hasta la fecha, era una ola de récord, hablé con la WSL de separar las categorías de premio de los Big Wave Awards para que se reconociera, me invitaron a los premios... y ni tan siquiera la enseñaron. Allí empezó mi lucha, que acabó con una petición pública para que se reconociera. Recogí 20.000 firmas. Ese mismo día me llamaron que ya estaba en marcha y que lo retirara. Pero les dije que no lo haría hasta que el récord del mundo fuera oficial. Cuando lo fue, la cerré". "¿Miedo al surfear una ola grande? Ahora más que antes de casi ahogarme, de morir. Porque entonces el peligro se hizo real. Pero ya no estoy trabajando en conseguir la ola más grande jamás surfeada. Para mí vale más vivir otro día..."