Hace unas semanas, las autoridades australianas arrestaron a Shane Maree Hatton, contable de la familia Wright. Se la acusaba de apropiarse indebidamente de 1,5 millones de dólares en su tarea de llevar la contabilidad de los hijos de la familia, surfistas profesionales todos ellos. La noticia del arresto quedó pendiente de la celebración del juicio, que ha empezado a finales de abril en Australia y ha permitido ver el alcance de la estafa.

Según fuentes policiales, desde 2012 a 2020, la contable de la bicampeona del mundo de surf y sus hermanos, también profesionales del surfing, llegó a estafar más de 1,636.000 dólares en centenares operaciones detalladas minuciosamente en 1.500 páginas de pruebas aportadas por la policía tras su exhaustiva investigación del caso.

En concreto, a juzgar por el informe, Hatton robó 818.000 dólares de Owen Wright -aprovechándose incluso de que pasó por una extraña enfermedad mental- repartidos en 334 transacciones que iban desde los 27 dólares hasta los casi 5.000. A Tyler le quitó 586.000 dólares en casi 300 transacciones cuyas cantidades iban de los 20 a los 5.000 dólares. Al pequeño de los Wright le robó 151.000 dólares en 63 transacciones de 40 hasta 3.500 dólares. Y finalmente, sus padres, Rob y Fiona, perdieron 81.000 dólares.

Las mismas fuentes afirman que la contable, amiga de la familia, se ha declarado culpable de los cargos que se le imputan. Sin embargo, informan también de que ese dinero seguramente no se podrá recuperar. En concreto, tienen constancia de que tres cuartas partes se han apostado (y perdido) al poker, mientras 300.000 directamente se han desperdiciado. El próximo 21 de junio hay una nueva cita con el juez para que determine si Hatton es culpable o no y, en caso afirmativo, la pena que debe cumplir por ello.