Un aventurero de 73 años sobrevive a un ataque de oso grizzly
Gregory Godar vive para explicar cómo fue atacado por una hembra de 200 kilos en plena excursión por la montaña con su esposa.
El oso grizzly es uno de los animales más espectaculares que se pueden ver en Estados Unidos, aunque también uno de los más letales. De media suelen provocar dos víctimas al año en el país americano. Pero Gregory Godar, a pesar de sufrir un ataque de un ejemplar de la subespecie más grande del oso pardo, no pasó a formar parte de esta lista.
El propio aventurero, de ni más ni menos que 73 años, relata el ataque al detalle en su perfil de Facebook:
"Quiero que todos mis amigos de Facebook sepan que soy un pobre desgraciado que fue atacado por un oso grizzly mientras estaba de excursión por el Henry's Lake State Park de Idaho. Estoy orgulloso de haber sobrevivido y lo publico todo para no tener que repetirlo uno a uno.
Sherry (su mujer) y yo estábamos caminando por el sendero de Aspen Loop desde el que se ve el lago, aproximadamente a dos kilómetros del parking. Lo teníamos todo controlado: cascabeles para osos, spray para osos en el bolsillo del pecho de mi mochila, kit de primeros auxilios, palos, hablábamos alto, etc.
De repente, escuché un ruido a la derecha del sendero y vi dos cachorros que lo cruzaban por detrás nuetro. Probablemente tendrían un añito. Mamá oso me miraba desde unos 7 metros de distancia, entre los árboles. Pesaría... ¿unos 200 kilos? Cargó contra mí. Con una pequeña pausa a metro y medio para mirarme brevemente y pensar cómo me atacaría.
Intenté sacar el spray y esquivarla, pero me golpeó en la espalda y me mandó al suelo. Grité para alertar a Sherry y el oso me mordió el ombligo. Me quedé estirado esperando que me mordiera en el cuello y me matara. Estaba seguro de que iba a morir. Mi último pensamiento fue que por lo menos me mataba un oso bien bonito.
Pero de repente me dejó, subió por el sendero y se sentó en la colina, desde donde nos observó junto a sus cachorros. Sherry, entretanto, había conseguido alcanzar el spray y lanzarle la botella de agua, pero estaba demasiado lejos.
Sacando fuerzas de donde pude conseguí levantarme, coger el spray y volver por el camino. Temiendo que nos volvieran a atacar y sangrando fuertemente por el estómago y algunos sitios más. Sherry estaba muy enfadada, yo muy contento, orgulloso de haber sobrevivido.
Avisamos a los encargados del parque y les pedimos ayuda. Me limpiaron la herida con agua y acudieron los servicios de emergencia. En un momento tenía allí a la ambulancia, gente del parque, el especialista en osos grizzly, los investigadores, etc a mi alrededor. Tuve que contarles la historia varias veces.
Entretanto, el de la ambulancia empezó a entubarme y dijo que me tendrían que llevar con el helicóptero al hospital de Idaho Falls. Le dije que no podía permitirme el helicóptero y que no quería ir a Idaho Falls. No le importó. Así que disfruté del vuelo, viendo el parque desde una nueva perspectiva. Tras varias pruebas y curas... puedo decir que en el hospital hicieron un buen trabajo y me soltaron.
No saldré mucho hasta que esto se cure. Espero poder volver a trabajar a mediados de junio. ¿Qué aprendí? Que debo llevar el spray a mano, llevar una campana -grande- delante y no en la espalda. Y caminar con héroes como Sherry. Ah, los señores del parque siguen pensando que no era un oso grizzly. ¿Tan tonto piensan que soy? ¡Gracias a todos por el apoyo!"